El recién acuerdo alcanzado entre Estados Unidos y el régimen cubano en materia de seguridad y cooperación policial no menciona la extradición de fugitivos de la justicia norteamericana que se refugian en la Isla desde hace décadas.
¿Otra concesión para el régimen?
Tal parece que si, y es que Barack Obama sigue dando su brazo a torcer cuando de Raúl Castro se trata.
A sólo 72 horas de culminar su mandato de ocho años, Obama envió a Ben Rhodes, Asesor de Seguridad Nacional, para que presenciara y afianzara el nuevo acuerdo.
En una misiva difundida por el Departamento de Estado, ambas naciones se concentrarán en “intercambios técnicos sobre asuntos de interés mutuo” como el tráfico humano, lavado de dinero, fraude y narcotráfico.
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Pero, en el texto no resalta una de las peticiones que fue punta de lanza de la administración Obama cuando se tocó el tema de la seguridad, los fugitivos.
Y es que parece que el régimen volvió a ganar la partida pues tienen bajo su tutela a delincuentes como Joanne Deborah Chesimard, ex miembro del movimiento subversivo Panteras Negras, quien es requerido por el asesinato de un policía en New Jersey
Chesimar, fue hallada culpable de asesinar al patrullero Werner Foerster en 1973. Seis años después, escapó de la prisión y recibió asilo en Cuba donde se esconde bajo el nombre de Assata Shakur.
William Morales, es otro de los fugitivos que Cuba resguardo. Este nacionalista puertoriqueño, buscado desde 1975 por colocar una bomba en Frances Tavern, en la ciudad de New York, provocó la muerte de cuatro personas e hirió a otras 50.
Estos dos personas son los casos más conocidos, pero el régimen de Castro ofreció asilo a otros integrantes del grupo Panteras Negras, causantes de secuestros de aviones y otros delitos graves en Estados Unidos
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Martí Noticias
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