A partir de la intespectiva derogación de la política Pies secos/Pies mojados, que tomó desprevenidos a los cubanos en su tránsito por Centroamérica y México hacia EEUU, la situación migratoria de la región se ha complejizado, a tal punto que funcionarios gubernamentales de EEUU y Cuba, se han visto en la obligación de reunirse nuevamente en La Habana.
Y es que si bien se esperaban cambios en materia de política migratoria para los cubanos, por otra parte, nunca se estimó que se implementarían en las postrimerías de la gestión de Barack Obama.
Miles de cubanos que cifraron sus esperanzas en salir de la cercada isla caribeña, hoy ven frustrados su sueños ante un país, y hay que reconocerlo, que le brindó su mano hospitalaria durante las últimas décadas.
No obstante, según reveló Barack Obama en reciente rueda de prensa, la vigencia de la política Pies secos/Pies mojados no tendría sentido en la actualidad, por cuanto las relaciones entre EEUU y Cuba están pasando por un momento de “normalización”. Ciertamente desde el punto de vista jurídico y diplomático tiene sentido, no obstante ¿qué implicaciones humanas tiene la activación inmediata de la medida para los cubanos que se encuentran en tránsito?
Oreste Rodríguez en un artículo publicado recientemente en el portal del diario El Nuevo Herald, ha señalado:
el presidente saliente deja un muro jurídico para los cubanos de la isla y los que se encuentran en otros países
Cientos de cubanos hoy enfrentan un muro, que al parecer, no alienta las esperanzas de los isleños que se hallaban en tránsito hacia EEUU. Obama ha confirmado que no habrá una medida de excepción para ellos, en tanto, si prometió una ayuda de carácter “humanitario”.
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No obstante, cientos de cubanos alegan que su regreso a su tierra natal implicaría un costo que no están dispuestos a pagar. Por una parte, al considerar que en su terruño es prácticamente imposible construir un proyecto de vida cierto y seguro, que prometa prosperidad y calidad de vida para los suyos.
En tanto, por otra parte, estos cubanos alegan su temor ante el tratamiento que el régimen castrista le aplicaría a su llegada y durante su estadía en tierra natal.
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El muro levantado por Obama, ciertamente, no es de concreto y tiene profundas consecuencias que trascienden, en lo inmediato, todo orden jurídico y diplomático. En este momento, urge una respuesta humanitaria contextualizada ante un escenario aún no resuelto, el sistema totalitario imperante en Cuba. Esto debe ser considerado.
Redacción Cubanos por el Mundo
