En Cuba el reciclaje se convirtió en algo obligatorio, no porque sea impuesto por el régimen, sino porque la escasez de envases y materia prima para producirlo tiene a los cubanos ingeniándoselas al momento de cargar o guardar comida.
En La Habana la pizza se come sobre una servilleta, los cubanos deben llevar sus propias bolsas al mercado y las botellas son los nuevos recipientes para las salsas, así lo reseña la agencia de noticias EFE.
Las bolsas son reutilizadas hasta más no poder. Tanto así que ya prácticamente es una prenda en la vestimenta cubana.
Es por eso que Cuba fue elegida este año para llevar a cabo la Feria Internacional PACGRAF, que tratará de buscar oportunidades de negocios en el producción y distribución de envases y embalajes.
A esta cita acudirán cerca de 50 empresas de 11 países.
La falta de envases y bolsas es otra de las caras del desabastecimiento cotidiano de Cuba, atribuible a varios factores según a quién se pregunte: la respuesta del régimen, como a todo, es que la culpa la tiene el embargo de Estados Unidos, mientras que el ciudadano de a pie responsabiliza al aparato estatal por su falta de previsión.
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Cajas, un trofeo de guerra
Pese a que el régimen asegura que se invirtió más de 40 millones de dólares en la producción de envases papel y cartón, la realidad, como siempre, desmiente tal afirmación.
Las cajas de cartón grandes, utilizadas comúnmente en otros países para realizar mudanzas, en Cuba es un objeto preciado, como si fuese un trofeo de guerra.
Lo insólito del caso, es que algo tan común como las cajas de pizza, no se observan en las pizzerias cubanas, sólo algunos restaurantes privados encontraron “alternativas” a este problema y las cobran a 50 centavos de dólar.
“Hasta que haya cajas, si quieren pizza para llevar, tienen que traer el plato”, explica una camarera de una pizzería privada en el barrio habanero de Miramar.
Latas de bebidas cortadas por la mitad hacen las veces de contenedor para flanes y otras delicias vendidas en puestos callejeros, y en los agromercados las botellas de ron tipo petaca tienen una segunda vida como recipientes para miel o salsas picantes.
Mientras que la creciente escasez de bolsas y envases, tiene a los cubanos “enfermos” dice el cuentapropista Rubén Valladares.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de EFE
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