Una isla no preparada para recibir una avalancha de turistas abrió sus puertas atrayendo a más de cuatro millones de visitantes solo en 2016 esperando mantener y superar la cifra en el año en curso. ¿Pero está su infraestructura lista para recibir a tanta gente?
La nacionalizada industria cubana ha demostrado que no. Aún estadounidenses no pueden viajar a la isla con fines turísticos y en su paso por la isla son en hostales y posadas, más próximas al “calor” de Cuba, donde deciden hospedarse.
Lo mismo ocurre con la propuesta gastronómica y artesanal, todas abriéndose paso para aprovechar la oportunidad de asumir retos dentro de la industria del turismo, que difícilmente podrán asumir las instituciones del Estado. He allí la posible razón de la arremetida del gobierno cubano en contra de exitosos cuentapropistas de la isla.
Aunque no hay estadísticas oficiales, hay testimonios que aproximan al verdadero reto que han enfrentado los cuentapropistas. Edel Izquierdo, propietario del Restaurante 1800, da fe de ello. En entrevista con IPS-Cuba reveló como 17 años de experiencia en el sector turístico estatal terminaron llevándolo a convertirse en un emprendedor cuyo paladar goza de reconocimiento internacional, aunque esté clausurado desde el mes de octubre por la denunciada persecución de autoridades a los cuentapropistas en Camagüey
Turismo: la única balsa
Especialistas han coincidido en que el turismo puede ser el único salvavidas de la economía cubana tomando en cuenta el proceso de captación de divisas con rapidez que puede amilanar la crisis en la isla.
Ofertar nuevas propuestas, abrirle paso a proyectos que estimulen el desarrollo urbanístico y las propuestas para el turismo, forman parte de las necesidades en las provincias, aún más considerando que los servicios estatales no satisfacen al gran grueso de visitantes percibidos en los últimos años.
“Ya el sector privado tiene clústeres (conglomerados locales) en el turismo, con casas de alquiler de habitaciones, paladares, cooperativas de construcción, taxistas, empresas que hacen muebles, productores agropecuarios, entre otros”, dijo a IPS el economista y académico estadounidense Richard S. Newfarmer, autor junto a Richard E. Feinberg de un estudio al respecto.
Newfarmer destacó en una investigación realizada durante 2016, que en lugares como la villa de Trinidad “hay una ola de turistas y los hoteles estatales derivan a los clientes que no pueden atender a las casas privadas de alquiler”.
“No hay competencia entre el sector privado y estatal, sino que se complementan”, señaló.
Durante los 11 primeros meses del año pasado, Trinidad recibió más del 30 por ciento de los turistas en comparación con 2015. Y es precisamente en esta provincia, donde existe mayor dinamismo para el empresarismo cubano, con al menos 2593 habitaciones en viviendas particulares y 92 restaurantes. De alguna forma u otra, los más de 7 mil trabajadores por cuentapropia en Trinidad terminan vinculados al turismo.
También ocurre así en Viñales, en el extremo occidental, y en Baracoa, la primera ciudad fundada por la colonia española, en la porción oriental, por citar algunos ejemplos.
“Cuba está en un momento de inflexión, cuando se está abriendo a nuevos mercados del turismo como el estadounidense”, apuntó Newfarmer.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Diario de Cuba