Durante el último año, el incremento de turistas estadounidenses fue superior a cualquier otro tiempo, gracias al proceso de apertura entre ambos países y al levantamiento de ciertas restricciones de viaje. Ha encontrado en el turismo, un diamante en bruto, que lamentablemente aún no se ha sabido pulir.
Por ello, la economía cubana continúa estancada y el 2016 que pudo ser de grandes oportunidades, cerró a pérdida bajo la dirección del actual régimen cubano. Lo realmente preocupante es que esto podría empeorar, continuando el recorte en los subsidios provenientes de Venezuela o una revisión de las políticas estadounidenses hacia la isla.
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Cerca de 3 mil millones de dólares ingresaron a Cuba por el turismo, aproximadamente la misma cantidad que percibe la isla por las remesas familiares. Aunado a esto también cuenta con los cuantiosos ingresos por la exportación de médicos cubanos y la reducida pero permanente provisión de petróleo de Venezuela. Sobre estas rocas se ha cimentado la economía cubana en los últimos años.
En el caso particular de los últimos dos años, el cuentapropismo, actividad empresarial privada se ha expandido, en especial en el área turística, lo que le ha permitido a más cubanos tener acceso a los pesos convertibles CUC, equivalente al dólar americano. Trabajar por cuenta propia ha resultado más atractivo, porque dándoles posada a los turistas, pueden hacer en un día lo que equivale un mes de trabajo para un docente o un médico empleado por el Estado.
Ha sido entonces en el cuentapropismo que los cubanos han conseguido un rayo de luz en medio de la dificultad económica. El 30 por ciento de la fuerza laboral se encuentra en el sector no estatal, cifra nada desprecibale ofrecida por el economista Carmelo Mesa-Lago, quien recientemente habló sobre Cuba en el Banco de la Reserva Federal de Atlanta.
Sin embargo la expansión del sector privado en Cuba no puede ir solo tan lejos. Aún son necesarias reformas económicas y fiscales porque de lo contrario las empresas estatales, las cooperativas más pequeñas, e incluso las empresas conjuntas con empresas extranjeras se mantendrán estancadas y operando de manera ineficiente.
Una real reforma económica
Pasa en el caso de la agricultura, por ejemplo, donde existen grandes extensiones de tierra que no son cultivadas porque no hay semillas ni tractores, elementos que no desean ser importados por el régimen por concepciones ideológicas, que priorizan el enriquecimiento de un agricultor de Vietnam importando el producto procesado, en vez de beneficiar al agricultor local. Cuba debe importar aproximadamente el 70-80 por ciento de todos los alimentos que consume.
Los pequeños cambios económicos de Cuba mantienen cercado el crecimiento que podría tener. Mientras no se realicen las reformas necesarias para aumentar la productividad el panorama resultará siendo nada alentador.
Redacción Cubanos por el Mundo
