La escasez de comida en Cuba es evidente desde hace décadas, pero últimamente los cubanos se encuentran más temerosos ya que productos muy básicos comienzan a escasear, así como la carne de res que es incomparable para el ciudadano de a pie.
Durante un recorrido por distintos mercados de la capital cubana, se puede observar un desabastecimiento alarmante, los isleños se quejan que sólo pueden comer pollo o cerdo de baja calidad que es lo que le permita costear a sus bajos salarios.
“En realidad hace falta que lo llenen un poco más, porque vas al mercado y te encuentras con lo mismo. Es decir, el cubano está comiendo todos los días lo mismo”.
Mientras que otros, van más allá y hace una comparación más osada, afirmando que al ritmo que van ellos temen terminar como en Venezuela, que la gente se “mata” en las colas y en ocasiones recurre a la basura para ingerir algún alimento.
“Todo está bien vació, hay un desabastecimiento total, ahorita terminamos igual que los venezolanos matándonos en las colas en las tiendas, incluso con dinero es una locura”.
Esta afirmación llama la atención, ya que un país petrolero como Venezuela, que incluso regala petróleo a Cuba, los niveles de desabastecimiento estén por encima que el de la Isla, que sufre los embates de una crisis económica que viene arrastrando desde hace décadas.
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“Ni teniendo dinero en el bolsillo puedes encontrar lo que buscas, ahora mismo salí de una tienda donde no había ni agua para tomar”.
La alarmante escasez mantiene a los cubanos danzando de un lado para otro para poder completar su dieta, situación que supone un riesgo para la salud de los más adultos.
“Hay muy pocos supermercados abastecidos, la mayoría de las veces no encuentras nada”.
Pero básicamente la dieta de los cubanos se compone de pollo y picadillo acompañado de algún carbohidrato que también están sujetos a desaparecer esporádicamente.
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Cuba y Venezuela mantienen muchas similitudes en sus problemas sociales. La escasez, la inflación, la corrupción y la represión, marcan un sistema socialismo que no ofrece ningún beneficio para los pueblos, que hoy luchan por colocar los alimentos en su mesa, algo que el Estado debería garantizar.
Redacción Cubanos por el Mundo
