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¿Cómo identificar el populismo? Carlos Alberto Montaner te lo explica

Fidel Castro: Vida y muerte de un narcisista
Fidel Castro: Vida y muerte de un narcisista
Fidel Castro junto a Mohamed Alí
Fidel Castro junto a Mohamed Alí / Foto: Cortesía

El populismo, es una tendencia que se viene presentando en distintos países de América Latina y parte de Europa que, ahora, podría estar tocando territorio estadounidense con el nuevo presidente Donald Trump.

El periodista cubano Carlos Alberto Montaner, afirma que el populismo se tanto en las corrientes de izquierda como de derecha, que van de la mano con acciones radicales buscando ganar la simpatía de la gente sin importar los costos políticos o económicos.

El populismo son creencias y conductas que hermanan a figuras erróneamente situadas en bandos opuestos. Fidel Castro, comunista hasta el último minuto de su vida, y Juan Domingo Perón, cuasi fascista formado en la Italia de Mussolini, en donde fue attaché militar del Gobierno argentino, eran primos hermanos ideológicos y se profesaban una mutua admiración.

Montaner reseña el libro del profesor Jan-Werner Muller, titulado What is Populism (que es el populismo), obra de la que extrajo 11 categorías que podrían ayudar a identificar a los populistas.

Incluso, se puede ser un demócrata, como fueron el argentino Raúl Alfonsín o el primer Alan García (o el primer Carlos Andrés Pérez), y presentar características populistas. En todo caso, esos datos aislados no son suficientes para calificar a un gobierno de populista. Es necesario que coincidan seis o siete síntomas de los más graves para determinar que se trata de un régimen de esa naturaleza.

A continuación presentamos las 11 categorias de Carlos Alberto Montaner para identificar el populismo:

  1. Antielitismo: se culpa a la élite política, económica, o simplemente urbana, de colocarse de espaldas a las necesidades del pueblo. En Camboya llegaron a ejecutar maestros por saber leer y escribir. En China, durante la Revolución Cultural de Mao, apresaron a personas por llevar lentes. En Cuba hubo épocas, especialmente en los años 60, en que el uso de corbatas equivalía a identificarse con la burguesía explotadora.
  2. Exclusivismo: solo “nosotros” (quienes detentan el poder) somos los auténticos representante del pueblo. Los “otros” son los enemigos del pueblo. Los “otros”, por lo tanto, son unos seres marginales a los que se puede y se debe castigar.
  3. Caudillismo: se cultiva el aprecio por un líder que es el gran intérprete de la voluntad popular. Alguien que trasciende y supera a las instituciones, y cuya palabra se convierte en el dogma sagrado de la patria (Hitler, Mussolini, Perón, Fidel Castro, Juan Velasco Alvarado, Hugo Chávez).
  4. Adanismo: (por Adán) la historia comienza con ellos. El pasado es una sucesión de fracasos, desencuentros y puras traiciones. La historia de la patria se inicia con el movimiento populista que ha llegado al poder para reivindicar a los pobres y desposeídos tras siglos de gobiernos entreguistas, unas veces vendidos a la burguesía local y otras a los imperialistas extranjeros.
  5. Nacionalismo: una nefasta creencia en la propia superioridad que conduce al proteccionismo o a dos reacciones aparentemente contrarias. El aislacionismo para no mezclarnos y contaminarnos con los diferentes, o el intervencionismo para esparcir nuestro “magnífico” modo de organizarnos, lo que da lugar a sangrientas aventuras.
  6. Estatismo: o la acción planificada del Estado, y nunca el crecimiento espontáneo y libre de la sociedad y sus emprendedores, lo que supuestamente colmará las necesidades del pueblo amado, necesariamente pasivo.
  7. Clientelismo: concebido para generar millones de estómagos agradecidos que le deben todo al gobernante que les da de comer y acaban por constituir su base de apoyo.
  8. Centralización de todos los poderes. El caudillo o la cúpula dominante controla el sistema judicial y el legislativo. La separación de poderes y el llamado check and balances son ignorados.
  9. Control y manipulación de los agentes económicos, comenzando por el banco nacional o de emisión, que se vuelve una máquina de imprimir billetes al enloquecido dictado del Ejecutivo.
  10. Doble lenguaje. La semántica se transforma en un campo de batalla y las palabras adquieren una significación diferente. “Libertad” se convierte en obediencia, “lealtad” en sumisión. Patria, nación y caudillo se confunden en el mismo vocablo y se denomina “traición cualquier discrepancia.
  11. Desaparición de cualquier vestigio de cordialidad cívica asociado a la tolerancia y la diversidad. Se utiliza un lenguaje de odio que preludia la agresión. El enemigo es siempre un gusano, un vendepatria, una persona entregada a los peores intereses.

En su país ¿hay un populista?

Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Carlos Alberto Montaner

Written by John Márquez

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