De su corazón. De sus sentimientos de libertad, de su esperanza de salir adelante, se mantienen los cubanos varados en Nuevo Laredo, que según informa la prensa oficial, ya son más de 600 los que esperan por alguna determinación del gobierno de Estados Unidos.
La historia de Dunia Rodríguez Hurtado, una cubana que salió de la isla el 26 septiembre de 2016 y que arribó en tempranas horas de este viernes a Nuevo Laredo, es realmente conmovedora. La inclemente selva de Darién, dura travesía en la ruta centroamericana de Cuba a Estados Unidos, la dejó con una afección en los huesos que aún no le ha sido atendida por un especialista.
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Llegó de Chiapas, Tapachula a Nuevo Laredo en una “guagua”. Cuatro días mojada por la lluvia, los ríos y toda la humedad de la selva panameña le generaron una desviación en los huesos de su muñeca.
“El hueso se me fue de luchar en la mano derecha. Tantos días de humedad me desviaron el hueso. No lo puedo girar. Tengo una deformación en los huesos” comentó Dunia.
Esta cubana partió de la isla en compañía de su esposo y de su suegro con quienes continúa en Nuevo Laredo esperando alguna solución que les permita continuar su viaje a Estados Unidos. Confiesa que saca fuerzas de su corazón para continuar resistiendo, esperando poder seguir a realizar su sueño americano.
Una espera que desespera
Actualmente, en Nuevo Laredo se encuentran más de 600 cubanos, todos con la esperanza de que el presidente Donald Trump, revierta la decisión de Obama.
Varados en territorio mexicano se albergan en la Casa del Migrante de Nuevo Laredo, o en viviendas rentadas cerca del puente internacional Las Américas, a la espera de una solución que les permita entrar a Estados Unidos.
Por otro lado, políticos locales, denuncian que el mantenimiento de los cubanos genera un gasto considerable para la administración municipal y pode a Migración México tomar medidas especiales para contrarrestar la situación.
Redacción Cubanos por el Mundo