El Puerto de Mariel, la prometedora obra de la ingeniería moderna y del comercio cubano guarda un expediente oscuro de curiosa preferencia de los terminados gobiernos de Dilma Rousseff y Luiz Inacio Lula Da Silva.
Una investigación del diario Folha de S. Paulo, logró recoger cómo los gobernantes brasileros ignoraron las recomendaciones de expertos a la hora de aliarse con La Habana en el desarrollo del megapuerto de Mariel.
A pesar de informes estructurados, el gobierno de la izquierda brasilera permitió que los contribuyentes de ese país pagaran por la iniciativa de “alto riesgo” ofreciendo subsidios y negociaciones que beneficiaban en demasía al gobierno cubano.
Folha logró dar con actas de las reuniones del Comité de Financiamiento y Garantía a las Exportaciones (COFIG) que le permitió reconstruir las negociaciones, así como acceder a telegramas de la embajada de Brasil en La Habana a su cancillería y bajo entrevistas a interventores que prefirieron mantenerse en el anonimato.
Odebrecht, protagonista del gigantesco caso de corrupción a nivel mundial, fue la encargada de ejecutar las obras financiadas por Rousseff y Lula. Fue la presión política de estos, la que logró que se inyectaran fondos de los proyectos de la empresa en Cuba y esto generó inconvenientes en el área técnica del Gobierno brasileño, especialmente con la llegada de Dilma a la presidencia.
“Bajo los gobiernos del PT la financiación de Brasilia a La Habana saltó de 90 millones de dólares (un préstamo para alimentos aprobado por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso) a 1.340 millones, incluidos los empréstitos del BNDES y subvenciones del Banco de Brasil”, señala Folha.
Además se definieron términos que favorecieran al gobierno cubano con subsidios para sus aliados, logrando la amortización de 682 millones de dólares que ofreció el BNDES a Mariel. Para ello, le fueron otorgados 25 años para cancelar el préstamo, el periodo más largo concedido por el banco estatal bajo tasas de interés artificialmente bajas.
Mientras las empresas nacionales de Brasil reciben un interés mínimo de 6% anual, las tasas de interés que recibieron los préstamos al puerto cubano oscilaban entre 4,4% y 7,1%.
Millonario subsidio
Un total de 167 millones de dólares se habrían consumido las obras del puerto cubano, provenientes del Tesoro brasileño. El área de técnicos de Brasil manifestó los riesgos en las garantías de préstamo a Cuba, que debía a acreedores internacionales al menos 11 mil millones de dólares.
Según Folha, las cuatro primeras entregas brasileñas de dinero para financiar las obras en Mariel fueron garantizadas por La Habana con una cuenta a dónde van los ingresos de las exportaciones de productos de tabaco (por entonces unos 230 millones anuales).
El tabaco y los ingresos futuros del puerto, fueron las garantías aceptadas por Brasilia, lo que se veía sumamente arriesgado, considerando el embargo económico que permanece sobre Cuba.
A casi tres años de su inauguración, la obra que se veía ambiciosa y prometedora, opera al 40 por ciento de su capacidad y su viabilidad es aún abstracta, aún más tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Amanecerá y veremos.
Redacción Cubanos por el Mundo
