Los cubanos varados en Nuevo Laredo, que a la fecha se encuentran a la espera de una respuesta respecto a su situación de limbo migratorio, apuestan por contribuir con su trabajo y disposición para salir adelante en un país, que con el transcurso del tiempo ya no le es tan ajeno.
Algunos cubanos han buscado diferentes alternativas para actuar, al ver que su ingreso a EEUU ha sido truncado por la intespectiva derogación de la política Pies secos/ Pies mojados y dentro de estas iniciativas, han emprendido negocios y otros han optado por colaborar con el mantenimiento de las iglesias, que hasta ahora han servido de refugio para los migrantes que se encuentran en tránsito por el lugar.
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Y es que durante su estadía en Nuevo Laredo, un grupo de cubanos inmigrantes decidieron generar ingresos, ocupar su tiempo y revertir a sus bolsillos el dinero que invirtieron en busca de un nuevo horizonte a los EEUU desde la frontera mexicana.
Las cubanas Lourdes Lizeth de la Torre y Joan Iglesias Jiménez contaron su historia de cómo lograron establecer El Cubanito, un restaurante de comida típica de la isla caribeña, que busca enamorar el paladar de los mexicanos.
Pero esto no es todo, los cubanos también muestran su solidaridad cuando les toca. Es así que un grupo de ellos decidieron remozar las iglesias del lugar. Son locaciones que ha prestado la Iglesia Católica para brindar techo y comida a los cubanos que fueron afectados por la reciente medida migratoria, que ya cuenta con sesenta días de entrada en vigencia.
En el lugar ya sobrepasan los mil cubanos que se encuentran a la expectativa de resolver su situación y lo trágico es que siguen llegando más, aun y cuando, los lugares de albergues solidarios ya lucen abarrotados.
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Esta situación ha sido ardua difícil para los cubanos que un día decidieron escapar de la cercada isla en busca de llegar al mundo libre. Muchos de ellos decidieron vender todo en su tierra natal, el producto de su esfuerzo y de años de vida quedó en el olvido y salieron en busca de mejorar su calidad de vida y la de sus parientes, y hoy se encuentran en suelo mexicano, a la espera de lograr la meta porque según revelan, para Cuba no hay retorno, no quieren regresar mientras allí impere la dictadura castrocomunista.
Redacción CPEM
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