Desde que se emprendió el deshielo entre Cuba y EEUU aquel 17 de diciembre de 2014, celebridades y otras personalidades no han parado de visitar la isla, sin embargo, al recorrer La Habana actualmente, más de uno sale corriendo, en virtud del polvo, el humo y el ruido estremecedor producto del trabajo que lleva a cabo GAESA para mantener y reparar los hoteles turísticos del lugar.
En la intercepción de las calles Zulueta y Teniente Rey trabajadores de la Unión de Construcciones Militares (UCM) y la constructora francesa Bouygues comenzaron a levantar el socio-administrativo, iniciándose de esta forma la reconstrucción del “Gran Hotel“.
La construcción conocida como “hotel de las 100 habitaciones”, es un conglomerado de ruinas que desde hace décadas permanecen soportadas por estructuras de acero para evitar su desplome.
En tanto, 8 cuadras al norte se encuentra el Hotel Regis (Prado y Colón), una construcción al estilo ecléctico de los siglos XIX-XX, que a la fecha espera por los constructores. Lo que queda en pie de este edificio está rodeado por una cerca y algunas vallas que ya anuncian que el inversionista es la inmobiliaria ALMEST; el explotador, Gaviota; el suministrador, TECNOTEX; los constructores, UCM y Bouygues (BBI); en tanto, los proyectos fueron adjudicados a la empresa Restaura, de la Oficina del Historiador de La Habana.
Por otra parte y pese a los retrasos, figuran los avances en el hotel Packard (Prado y Cárcel) y que según cronograma de ejecución debe culminarse este año.
Y la mano de obra esclava, representada por los soldados del Servicio Militar General (SMG) y utilizada por la UCM y la BBI para los trabajos constructivos que no requieren calificación ya iniciaron la construcción del hotel Prado y Malecón (ubicado en la esquina del mismo nombre), por este lado de la capitalina ciudad ya resuenan los martillos y taladros que escavan los hoyos de las cimentaciones.
Mientras los trabajadores indios, quienes cobraron 20 veces más que cualquier trabajador cubano de la construcción, lograron levanta el hotel Kempinski, una especie de “Taj Mahal” que abrirá prontamente sus puertas para ofrecer 172 habitaciones y 74 suites; servicios de tiendas con 16 locales destinados a comercializar productos de marcas reconocidas, piscina, bar, restaurante, cafetería, salas de negocios y bar panorámico, además de servicios de belleza, casilleros y salones de masaje.
Estos y otros proyectos turísticos son monopolizados por el poderoso consorcio militar GAESA , mientras el pueblo cubano no termina de evidenciar ni sentir a dónde van a parar esos recursos. Y es que la calidad de vida de cualquier ciudadano cubano de a pie, se ve cada vez más disminuida. La carestía de vida, la escasez de alimentos, la falta de viviendas dignas y la ausencia de dinero, son situaciones que angustian y desesperan diariamente a los lugareños.
Por otra parte, los malos tratos, la falta de higiene, las grandes poblaciones de cucarachas, el contagio de enfermedades diarreicas y los altos precios son algunas de las quejas más frecuentes de los visitantes de la isla ¿Toda esta realidad la conocerá GAESA?
GAESA, el mayor holding empresarial de Cuba. Al respecto puede ver el siguiente video vinculado
Redacción CPEM | Con información de diariodecuba
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