El debate de este martes en la sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) retomó la preocupación de los países integrantes del bloque continental por buscar soluciones a la crisis venezolana. La discusión inició a pesar de la presión de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, contando con el voto de 20 países que decidieron presentar en la mesa conversaciones para buscar una ayuda consensuada en favor de la restitución del orden democrático.
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El vicecanciller de Venezuela, Samuel Moncada intentó evitar la discusión asegurando que se trataba de un acto de injerencia convocar una sesión para hablar de Venezuela, sin contar con la aprobación del país en cuestión, a pesar de que para la convocatoria de la sesión de este martes fue en respuesta a la solicitud de 18 países que integran la OEA.
Fue así entonces cuando países como Estados Unidos, Argentina, Brasil, Paraguay y México esgrimieron sus razones para respaldar la solicitud de debate sobre la crisis humanitaria que atraviesa la nación suramericana.
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“La libertad es un derecho fundamental para todos los seres humanos” expresó Michael Fitzpatrick, representante permanente de Estados Unidos en la OEA, citando a Franco de Vita, artista venezolano que desde el país potencia profesó su deseo de ver una “Venezuela libre”. Además Fitzpatrick, abogó en nombre de su gobierno, porque “un Estado miembro no puede olvidar los compromisos democráticos y pretender continuar en la Organización al mismo tiempo”.
Por su parte la delegación de Brasil expresó su preocupación por la situación de Venezuela viendo que “continúan existiendo presos políticos, falta de respeto al parlamento, a la oposición, que se impiden elecciones, hay escasez de alimentos” lo que a su juicio hace que la actuación de la OEA sea inminente.
“La OEA debe actuar en ese camino de guiar a Venezuela. Los estados miembros están asumiendo la responsabilidad de evaluar una crisis que no tiene precedentes en la historia de los países miembros. Estamos acá para ayudar a Venezuela, ese es el único fin” comentó el representante del gobierno de Michel Temer.
Paraguay manifestó que “el pueblo tiene derecho a la democracia y su gobierno tiene la obligación de defenderla y no prohibirla ni privarla de ella” por lo que realizó un llamado a la recuperación de relaciones democráticas, “garantizar la división de poderes, características del Estado de Derecho”.
“El tono” de Venezuela: momento más incómodo de la sesión
El representante del gobierno de Nicolás Maduro manejó para sus colegas en la sesión un “tono” irrespetuoso que a juicio del embajador de México ante la ONU, Luis Alfonso de Alba, contraviene los principios diplomáticos y el sano debate que debe imperar en la Organización. De Alba solicitó así al presidente del Consejo Permanente y representante de Belice, Patrick Andrews, que exigiera a la delegación venezolana controlar su lenguaje o de lo contrario, se retirarían de la sesión.
La moción expuesta por México fue secundada por Brasil, país que lamentó que Venezuela le calificara de “golpista” cuando todo el proceso llevado a cabo en ese país había sido en fiel cumplimiento de la constitución brasileña, al igual que Canadá que lamentó la posición de Venezuela y su actitud en contra de países que habían mantenido un tono de “respeto” por la búsqueda de soluciones a su conflicto.
La sesión culminó a juicio del embajador mexicano con resultados favorables, que podrían derivar en mayor apoyo a exigir cambios en Venezuela. “Estamos construyendo una mayoría, que va a ser mucho más grande y mucho más importante” manifestó de Alba a su salida de la sesión en entrevista con NTN24.
Redacción Cubanos por el Mundo
