Con una profunda preocupación el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS) enfatizó sobre el uso y abuso de gases lacrimógenos y el uso de fuerza física por parte de los organismos de seguridad del Estado, contra su población, los propios venezolanos. En un comunicado anexaron las consecuencias directas que tienen esas sustancias químicas en los humanos.
Durante semanas la población que manifiesta su rechazo en contra del Gobierno de Nicolás Maduro y los cercanos en sus viviendas, han sido expuestos a la inhalación de estas sustancias químicas, que hasta han llegado particularmente “a los niños menores a cinco años que se encuentran en centros hospitalarios, personas mayores y población en general que ha recibido gases lacrimógenos estando en sus hogares”.
“Las exposiciones prolongadas y recurrentes pueden ocasionar, en el largo plazo, el desarrollo de bronquitis crónica, dificultad respiratoria y, en último caso, fibrosis pulmonar. Rigidez del tórax es otra de las consecuencias que pueden presentarse”.
Pero además señalaron que rechazan el uso de estos gases cerca o directamente contra centros de salud o en las cercanías de estos, como ocurrió en las últimas semanas en Caracas: el 10 de abril en un centro privado en Las Mercedes, y el 20 de abril en El Valle, requiriendo la evacuación y traslado de los niños expuestos, madres y pacientes en general. Además de casas o apartamentos, como en varios estados ocurrió.
El OVS exigió a los ministerios de Salud, Relaciones Interiores y de Defensa a controlar el excesivo uso de las bombas por parte de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB), así como también las armas de fuego.
Estos pidieron además a organismos internacionales a seguir con detalle lo que sucede dentro en Venezuela, “porque entre muchas otras violaciones de derechos humanos, las concernientes al derecho a la salud y a la vida se han incrementado.
Redacción CPEM / Con información de La Patilla
