Cuentapropistas cubanos serían de los más afectados tras la resolución Trump sobre Cuba. No obstante las restricciones internas, los cubanos tendrían que lidiar ahora nuevamente con el recrudecimiento del embargo comercial. Según el economista cubano Pedro Monreal, ya de por sí, los trabajadores por cuenta propia sufren las “restricciones internas, como el hecho de que todavía no tengan la posibilidad de funcionar como empresas privadas”.
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Los emprendedores cubanos no cuentan con “un marco legal que [lo] ampare y la amenaza y la práctica de cierres de negocios [lo] comprime”, añadió, por lo que el economista recordó que la a nueva orden ejecutiva de Trump se le sumaría el desinterés del régimen cubano por respaldar a los cuentapropistas.
“El Gobierno cubano no parece estar entusiasmado con la idea de fomentar muy activamente el sector privado”, apuntó Moreal.
Sin embargo, tampoco ha habido intenciones recientes de reducir el sector privado. “No existe documento alguno del Partido Comunista de Cuba (PCC), o del Gobierno, que proponga reducir el sector privado nacional” escribe.
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Pudiese tratarse entonces de que la política de Trump conseguiría lo que “no ha logrado alcanzar el empecinamiento de una parte de la burocracia estatal cubana y la prevalencia de determinadas visiones oficiales ancladas en el estatismo […]: devolver a miles de emprendedores, empleados y suministradores, a una probable situación de desempleo y de pobreza”.
Valiéndose de datos ilustrativos (que definió como “no exactos, pero tampoco exagerados”), especuló que los emprendedores cubanos podrían dejar de ganar 21 millones de dólares en el segundo semestre de 2017.
“Muchos negocios privados no podrían subsistir y la mayor parte de los que lograsen sobrevivir lo harían asumiendo afectaciones importantes”, sostuvo Monreal.
Aún en Cuba se mantienen restricciones internas para el sector privado. Así durante el mes de junio decidieron detener hasta nuevo aviso la contratación de cuentapropistas para el sector turismo. Quizás esto relacionado, al anuncio realizado en mayo por el vicepresidente Marino Murillo, quien ante los diputados de una comisión de la Asamblea Nacional del Poder Popular dijo que “no se permitirían la concentración de la propiedad y la riqueza” en el nuevo “modelo económico socialista” que diseña el castrismo, aunque se autoricen formas de gestión privadas.
En su escrito, el economista terminó conjeturando una hipótesis sobre estas medidas que afectan al sector privado a las que catalogó de “una manera de fomentar el descontento popular”, que se sumarían a otros tres factores: el fin de la “‘válvula de escape’ que representaba la emigración descontrolada hacia Estados Unidos”, la crisis que atraviesa “el principal socio económico” de La Habana y la cuestión del traspaso de poderes anunciado por el general Raúl Castro para 2018.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información del Blog de Pedro Monreal
