Los bajos salarios de los cubanos los han llevado a reinventarse y encontrar trabajos clandestinos que les permitan sortear la economía inestable, el saldo de las cuentas celulares se ha convertido en un negocio.
La operación es informal, pero la ley no cuenta con una figura legal que pueda sancionar esta ingeniosa práctica. Los ciudadanos que tengan un celular, con tan solo marcar *234*1*Número del receptor*Clave*importe a transferir#, y luego presionar “llamar”, se realiza un intercambio de salgo, entre las cuentas de los usuarios prepagos del sistema de telefonía del monopolio ETECSA.
La operación ha generado que usuarios con algo de astucia generar dinero, según testimonios de usuarios dentro de la isla.
El salario para estos cubanos, los que aplican la técnica como negocio, han transformado el saldo en una moneda de cambio, con opción a vender o adquirir productos como por ejemplo, drogas de pésima calidad a bajo costo, sexo de primeros auxilios, gasolina robada a empresas, pago de comisión a turoperadores callejeros, huevos a domicilio, transportación tipo UBER, artículos varios y un sinnúmero de mercancías y prestaciones distribuidos de forma ilegal, reseña Martí Noticias en una publicación.
La misma refiere que el código *234# es además de la clave de acceso para compartir entre equipos prepagos y cuentas de Internet WiFi Nauta; es también la nueva tendencia entre los usuarios cubanos y la policía tiene conocimiento de ello, pero la ley no respalda cualquier acción contra esta tendencia irregular.
El negocio ha generado mayor impacto en Ciudad Habana, Mayabeque, Artemisa, Matanzas (Varadero), Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba, por ser tan rápida la operación se estima que el negocio crezca en todo lo largo y ancho de la Isla.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), controlada por el régimen cubano, ya cuenta con casi cuatro millones de usuarios registrados y más de 840 mil líneas de teléfonos celulares que se sustentan con pagos desde el extranjero, cuenta con el servicio “Transferencia de saldo”, que quizás la compañía lo habilitó (el 29 de junio de 2015) con la posibilidad de que los cubanos solidariamente entregasen o compartiesen la popular “recarga”, pero esta la hicieron suya como un negocio clandestino en el mercado negro cubano.
Redacción Cubanos Por el Mundo / Con información de Martí Noticias
