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Hilda Molina, la revolucionaria comunista que entregó su vida al régimen castrista (VIDEO)

Acusa al Socialismo del siglo XXI de querer expandirse en el mundo a través del narcotráfico y el terrorismo

Hilda Molina, la revolucionaria comunista que entregó su vida al régimen castrista (VIDEO)
Hilda Molina, la revolucionaria comunista que entregó su vida al régimen castrista (VIDEO)

“Sí hay un imperio responsable de la miseria en Venezuela, ese imperio es Cuba”. Así lo confesó desde el exilio la doctora cubana Hilda Molina, a sus 74 años de edad, en entrevista con la periodista Gloria Álvarez.

“Sí algo aprendí de esos años es que se puede cambiar el mundo desde el amor y no del odio. La función de Chávez fue salir a buscar multiplicadores del socialismo del siglo XXI, ser una figura mesiánica” manifestó.

La galena asegura que desde el Socialismo del Siglo XXI, plagado de mentiras en sus discursos, se utiliza el terrorismo y el narcotráfico para desarrollar su doctrina en otros países adecuando sus tácticas según los líderes y condiciones de cada nación.

La decepción llegó

Desde los 15 años se enfiló en la revolución de Fidel, a quien llegó a conocer muy bien. Sentía vientos de cambio, le parecía atractiva la propuesta comunista. Por ello, dedicó los siguientes 35 años de su vida al proceso de transformación que prometía una mejor vida, paz y justicia para los cubanos, por lo menos a nivel discursivo. La decepción fue ganando terreno día a día, año tras año y los años y los daños, que no pasan en vano, cambiaron su visión.

“Comencé un proceso de angustias y crisis existencial. Sentía miedo. Fueron arrasando con los valores. Los cubanos nos convertimos en víctimas y en cómplices al mismo tiempo, porque cuando callas eres cómplice por omisión” añadió emotivamente.

Liberando la conciencia

Fue en el año 1994 que Molina decidió renunciar a las filas de la revolución, al no soportar tantas mentiras y el “mundo de injusticia” en lo que se había convertido o quizá, lo que ya el régimen no simulaba ser. Debió sortear una serie de amenazas para su familia y su propia vida. “Trataron de matarme y muchos me ayudaron a escapar. Mi trayectoria científica también me ayudó”

“En la década de los años 50 en Cuba sólo se hablaba de humanismo, de humanitarismo. Eso nos convenció a muchos. Fidel me dijo: no creas nunca en ideologías ajenas, pese a que él nos metía creencias de otros. Fidel también me dijo que los teóricos escriben papeles y papeles para que los revolucionarios hagamos”.

La doctora agregó que Castro fue bueno al crearse un “Frankestein ideológico”, “tomando de todas partes un poquito de lo que le convenía” para ser lo quiso ser desde la adolescencia, el emperador de un imperio mundial.
Pasión por la medicina

Relata que para el año 1966 “ya habían heridas sangrantes” en su alma. Pese a sus aportes como médica y estudios destacados, nunca dejó de cortar caña. Los hombres la cortaban y las mujeres la apilaban quemada.

“Comencé la carrera de medicina y se me rompía el corazón cuando pasaba por el hospital. Ya no existen médicos de verdad, aunque en Cuba tienen mucho corazón, ya no son como cuando estudié. Siempre pensaba cómo podemos ser los mejores del mundo (presunción del régimen) sin poder compararnos con el mundo, sí estamos aislados. Eso es un mito que yo desmiento”.

Se graduó de neurocirujana con el mejor promedio entre 1027 estudiantes en Cuba. Su curiosidad en el saber la llevó a cuestionarlo todo y a sentir que “tiene que haber algo mejor afuera”.

La doctora enfatizó que fue incorporaba al Partido Comunista de Cuba por su preparación y excelencia, no fue una elección personal.

“Nunca grité consignas, nunca fui a sus marchas sino fui una esclava de lujo, que pese a todo, pese al miedo siempre juzgaba las cosas con sentido común”.

Redactado por Cubanos Por El Mundo/ Información de Gloria Álvarez

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