“La situación en Cuba era crítica antes de Irma” aseguró Elías Amor, economista y presidente del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH). La caída de las exportaciones petroleras provenientes de Venezuela, y la reducción de los ingresos por las llamadas misiones internacionales ocasionaron una situación crítica en la Isla muchos meses antes del paso del Huracán Irma.
“El huracán ha hecho que llueva sobre mojado, porque ya la situación era crítica antes de su paso. Cuba está teniendo que comprar los insumos más caros porque el dólar, la moneda con la que recibe la mayor parte de las remesas, está muy débil”.
Para la fecha, varias islas del Caribe y Florida han reportado los daños y cuantificado las pérdidas mientras que Cuba no ha dado una estimación de las pérdidas materiales.
“Por un lado, podría ser que el daño fuera muy grande y no quieran alarmar a la gente, o tal vez es que no fue tan destructivo como se piensa y quieren manipular la estadística para culpar al ciclón de la debacle económica”.
Pedro Monreal, analista, aseguró que Irma dejó en evidencia la pobreza tras su cruzada por los países del Caribe. “Tras su paso un ciclón tropical lo que deja es el agravamiento de un desastre social previo: la pobreza”. Así lo aseguró en un artículo publicado en el portal sinpermiso.info
“Un huracán como Irma pone al descubierto -de manera súbita y dramática- la realidad, pero sobretodo, lo que no se divulga en cifras oficiales y que apenas se menciona en los documentos guías de la visión de desarrollo de Cuba: una presumible situación de pobreza que se relaciona con una probable desigualdad de la distribución de la riqueza y de los ingresos”.
Recordó que los huracanes Irma, Sandy, Mathew y otros, han sido fenómenos naturales, pero la calamidad que han causado no puede ser únicamente atribuida a su impacto.
Datos importantes
Monreal indicó que extraoficialmente, investigadores cubanos estimaron en 2013 uno de cada cuatro ciudadanos se encontraba en una situación de pobreza en el país, mientras que la última vez que se calculó oficialmente la desigualdad, en 1999, esta había crecido aceleradamente hasta alcanzar un coeficiente de Gini de 0,407.
“Una cifra que hace casi 20 años ya era preocupante. Ambos indicadores pudieran haber empeorado, pero eso no lo podemos saber con certeza.
Se conoce que solamente el 61 por ciento de las viviendas en Cuba se encuentran en buen estado. Esto permite inferir que el restante 39 por ciento de las viviendas se clasifican en “regular y mal estado”.
“Aunque no puede afirmarse con certeza que la población que vive en ese 39 por ciento de las viviendas es pobre, pudiera deducirse que esas personas se encuentran en un estado de deprivación material que los colocaría en desventaja respecto a otros sectores de la población, algo que se agudiza en situaciones de un evento climático extremo”.
Redactado Por Cubanos Por El Mundo/ Con información de 14 y medio