Una historia de extrema pobreza en Cuba es la que hoy cuenta la familia Soriano. Antes de que Irma golpeara duramente la isla, vivían en la más dura precariedad, situación que se agravó con el paso del ciclón.
“Se me ha venido encima la casa. Tengo abajo el colchón. Se mojaron las sábanas, mi ropa, la del niño y cómo ves todo está deteriorado” confiesa Daniela Soriano, madre de familia, quien vive con sus pequeños hijos en las condiciones descritas.
Confiesa que luego de más de 4 años esperando algún tipo de ayuda, no ha recibido ningún tipo de atención del Estado, mostrándose poco esperanzada en que tras el paso del huracán Irma, la situación cambie para la familia.
“He ido a todos lados, al presidente de Gobierno, a la secretaria de vivienda. Nadie me da respuestas a mí. Están entrando materiales y nadie ha venido a decirme a mí qué van a hacer conmigo. Si llevo cuatro años con el problema de mi casa y no me han dado solución con el problema del ciclón tampoco”.
Ha logrado sobrevivir gracias al apoyo de vecinos de la comunidad, quienes le han tendido la mano durante la aguda crisis que atraviesa. “No tengo dónde vivir. Lo mismo estoy que un día aquí, otro allá, otro en casa de mi mamá”
“Por ningún lado nadie ha venido a apoyarme ni a decirme mentiras. Ni siquiera eso han hecho” señala.
Redacción Cubanos por el Mundo
