Para el disidente cubano Antonio Rodiles, la entrada en vigor del acuerdo de cooperación entre Cuba y la Unión Europea el próximo 1 de noviembre es una “atrocidad” ya que el régimen cubano sigue su escalada represiva, además de incrementar la tensión diplomática entre La Habana y Washington con las denuncias de supuestos “ataques acústicos”, reseña el portal Martí Noticias.
El también líder del Foro por los Derechos y Libertades (ForoDyL), informó que dicho acuerdo abala un sistema autoritario como lo es el cubano, afirmando que en América Latina se está viendo un retroceso en cuanto a este tipo de gobiernos.
“A partir de noviembre entra en vigor este acuerdo, en un escenario muy distinto. América Latina ha dado un giro, estos sistemas autoritarios han ido retrocediendo, la administración de Estados Unidos ha ido cambiando completamente su enfoque hacia la dictadura”, explicó Rodiles.
Aseguró que la Unión Europea debe revalorar el acuerdo ya que todo lo que debería estar cumpliendo el régimen se ha quedado “pálido”.
“Todo aquello que se prometía con los acuerdos se ha ido quedando bastante pálido”, agregó. “Espero que la Unión Europea tendrá que revalorar ese acuerdo, tendrá que ver desde que punto puede retomar el tema de los derechos humanos”, expresó.
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Derechos humanos
Cuba se convirtió en diciembre de 2016 en el último país latinoamericano en firmar un acuerdo de este tipo con el bloque europeo, cuyas relaciones se regían hasta entonces por la denominada Posición Común de 1996.
Cuba consideraba “injerencista” esa postura, que vinculaba la cooperación europea a “mejoras de los derechos humanos”, lo que se covirtió en uno de los escollos durante la negociación del acuerdo.
Ambas partes lo solventaron con la inclusión en el texto, negociado durante casi dos años, de un diálogo sobre derechos humanos, que ya celebró incluso varias ediciones.
Y aunque el acuerdo contempla la posibilidad de suspenderlo en caso de violar los compromisos en esta materia, varios disidentes habían pedido sin éxito a la Eurocámara que no lo ratificara.
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El nuevo marco diplomático sienta las bases además de sus relaciones comerciales, aunque como señaló en julio la ponente del acuerdo en la Eurocámara, Elena Valenciano, “no llega a ser un acuerdo comercial” en sí mismo.
Los 28 países que integran el bloque europeo, cuyas empresas no quieren perder el tren de la tímida apertura cubana, y La Habana se comprometen a elaborar una actuación común en contextos multilaterales y a trabajar en base al “respeto mutuo”.
Redacción Cubanos por el Mundo
