Primero compró un boleto, cuyo premio era 100,000 dólares. Cuando se dio cuenta que tenía el número ganador, decidió ir a comprar un segundo boleto y, sorpresivamente, ese número también resultó ganador, pero éste con un premio de 1 millón de dólares.
Shuffler dice que después del primer premio, ella y su esposo simplemente quisieron jugar con sus posibilidades y decidieron arriesgarse a ver qué pasaba, pero nunca creyeron que de verdad ganarían una segunda vez.
La mujer señala que con sus premios planea pagar la educación de sus hijos y guardar un poco para cuando se jubile.