Llegué a Cuba al amanecer y el primer impacto fue la luz, brillante, nítida. A pesar de un Capitolio forrado con extraña y metálica vestimenta, me agradó el deje de limpieza frente a él. Más tarde me di cuenta de que no era por ausencia de basura (la que suele dejarse acumular en los edificios junto al cine Payret), sino porque ya no permiten a los autos parquear frente a la escalinata. More