Padilla llegó a la conclusión que es en el concepto Educación donde se falla, de ahí se derivan todos los males: La corrupción, el desvarío del estado y el gobierno para resolver los problemas sociales y sobre todo el divorcio con la realidad objetiva, de lo cívico y de lo ético, en todas las esferas de la vida.
Me puso un ejemplo concreto, el caso de su refrigerador chino, que además de que le recogieron de su casa un Philco americano en buen estado sin valorar un centavo, el estado le ha impuesto una deuda de seis mil cien pesos por el aparato nuevo, pero solo mediante dos formas de pago, al contado o por crédito bancario avalado por un centro de trabajo.
Como Padilla es desvinculado laboral y el único trabajo que le ofertan es sepulturero del cementerio Colón, el representante del gobierno en Jaimanitas le alertó que en enero serán puestos a disposición de los tribunales lo que no hayan pagado el refrigerador.
Padilla lleva un mes peloteado de una oficina a otra buscando la forma de pagar, pero las trabas burocráticas son tantas que no se lo permiten, intuye que entre el estado y el gobierno existe una componenda con mal finalidad, pues cuando los pongan en mano de los tribunales un juez ajeno al asunto pudiera dictar una sentencia y sus huesos terminarán en la cárcel.
El gobierno lo envío ayer como último intento a la Dirección de Finanzas y Precios del municipio Playa, pero en esa instancia solo se están certificando chequeras para amas de casas, según le dijo la funcionaria que lo atendió, encargada de los refrigeradores chinos.
Intentó explicarle su tesis sobre del divorcio del estado y el gobierno con el pueblo y la realidad objetiva, pero la funcionaria se ofendió. Le dio la espalda, dijo que el estado era ella y que se reía del gobierno, pues no le interesaba nada, de nada. Que se fuera con su filosofía a otra parte.