(EFE) El anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, con apertura de embajadas este mismo mes, generó una ola de reacciones positivas, salvo en el exilio cubano y el Partido Republicano estadounidense, que lo ven como una claudicación ante el castrismo.
El anuncio desató una unánime reacción de rechazo entre los aspirantes a la candidatura republicana a la Casa Blanca que consideran que es un cheque en blanco de EE.UU. al régimen cubano, al que acusan de no haber cambiado un ápice su política en cuanto a los derechos humanos y las libertades.
“Es hora de poner fin a nuestras concesiones unilaterales a este odioso régimen“, dijo el senador Marco Rubio, hijo de un matrimonio cubano que emigró a Estados Unidos del triunfo de la revolución.