
(EFE).- El embajador de Colombia en España, Alberto Furmanski, pidió hoy “respeto, sensatez y prudencia” ante las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, ya que aún quedan temas “muy sensibles” por acordar.
Furmanski se mostró, sin embargo, “lleno de optimismo”, y dijo que espera que el proceso de paz “termine muy pronto y con gran éxito”.
“Estamos a muy poco de la tan anhelada paz“, afirmó el diplomático en un foro celebrado hoy en Madrid.
El Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) iniciaron hace tres años en La Habana con el objetivo de acabar con más de medio siglo de conflicto armado, que ha dejado 200.000 muertos y 6 millones de víctimas.
Con estas negociaciones de paz “se busca hacer las transformaciones necesarias para que el conflicto no se repita, buscando eliminar las causas que lo generaron para que no surjan nuevas formas de violencia”, argumentó.
El fin del conflicto, expuso Furmanski, implica que los “enemigos” se deberán tratar “con respeto, como adversarios políticos”.
“Queremos que se rompa para siempre el vínculo entre política y armas, que nadie nunca más utilice las armas para promover una causa política. Cambiemos balas por votos”, pidió el diplomático.
Furmanski explicó que los compromisos y mecanismos adoptados se hacen para todos los colombianos, que “piden justicia, pero sobre todo exigen verdad”.
El embajador pidió la colaboración de los colombianos en este proceso “serio, digno y realista” con el que se cerrará “la última y más larga” guerra que ha “desangrado” a Colombia.
“La construcción de la paz requiere de la participación ciudadana en los asuntos de interés público, en especial de los territorios más afectados por la violencia, y también su colaboración en los mecanismos de implementación del acuerdo”, afirmó.
El proceso de paz, según Furmanski, será “el principio del cambio, el principio de la construcción de una paz estable y duradera” para el país.
Con la resolución del conflicto armado colombiano, el país podrá poner en “pleno desarrollo su enorme potencial, su capacidad humana y sus recursos naturales”, que no solo forjarán una sociedad “más justa y próspera”, sino que contribuirán al desarrollo de Latinoamérica, argumentó el embajador.
Furmanski confió en que 2016 “sea el año de una nueva Colombia, una Colombia en paz”.