El virus de Lassa, al igual que el ébola y el dengue, es una enfermedad hemorrágica que puede causar fiebre, dolor de cabeza y muscular, hemorragias cutáneas, diarrea y vómitos y puede tener un desenlace mortal.
La enfermedad es endémica en varios países de África Occidental y se transmite a los humanos frecuentemente a través del contacto con alimentos contaminados por roedores infectados que expulsan el virus principalmente con la orina.
Pero la transmisión es posible también de persona a persona, por ejemplo a través de sangre, saliva, vómito, orina o de gotitas de sangre expulsadas por la tos. El diagnóstico rápido y su tratamiento inmediato son fundamentales, este procedimiento requiere pruebas que sólo pueden llevarse a cabo en laboratorios muy especializados.
La fiebre de Lassa se describió por primera vez en la década de los cincuenta, aunque el virus de lassa no se aisló hasta 1969. El nombre se debe a su primera aparición en Lassa (Nigeria).
En el hospital público de Kenema se está construyendo una nueva unidad para atender a los pacientes con fiebre de Lassa, financiada por la Unión Europea
La fiebre de lassa ya llegó a Alemania
La clínica universitaria de Fráncfort ha confirmado un nuevo caso de fiebre de Lassa en el empleado de un tanatorio, probablemente contagiado por contacto con el cadáver del ciudadano estadounidense que murió en febrero en Alemania por este mismo virus.
La situación del enfermo es muy grave, pero sus médicos se mostraron optimistas respecto a su recuperación, según reporta EFE.
Sería el primer caso de contagio fuera de África, subrayó René Gottschalk, jefe de las autoridades sanitarias de Fráncfort, quien agregó que la vía concreta de transmisión del virus todavía no ha sido esclarecida.
El paciente, que fue ingresado el martes por la noche y se encuentra aislado en una unidad especial, “muestra todos los signos de una grave infección vírica”, señaló el médico jefe del caso, Timo Wolf.
No obstante, las perspectivas de que se recupere son buenas ya que este hombre, del que no facilitaron edad ni otros detalles, fue ingresado en un estadio muy inicial de la enfermedad.
Según la clínica, en cuya unidad especial de aislamiento ya habían sido tratados con éxito en 2006 un paciente con fiebre de Lassa y en 2014 uno con ébola, está siendo medicado con Ribavirin.
El pasado 26 de febrero murió en la Clínica Universitaria de Colonia por la fiebre de Lassa un ciudadano estadounidense de 46 años que trabajaba como enfermero en Togo y que había llegado procedente de ese país africano con el diagnóstico de malaria el pasado 25 a Alemania ya en estado crítico.
Su cadáver fue trasladado el 3 de marzo en un contenedor especial al tanatorio de Alzey, en el estado federado de Renania-Palatinado (oeste), donde debía ser conservado hasta su posterior envió a Togo, según datos de las autoridades del distrito.
Seis días más tarde, la Clínica Universitaria de Colonia informaba en un comunicado que el enfermo había muerto por la fiebre de Lassa, por lo que los empleados del tanatorio tuvieron que hacerse pruebas.
El paciente ingresado actualmente en la clínica de Fráncfort y que dio positivo en una segundo análisis, fue el único que tuvo contacto con el cuerpo del muerto.
El propio enfermo declaró que en ningún momento tuvo contacto con los fluidos corporales del muerto y que ya presentaba síntomas similares a los de la gripe antes de tratar el cuerpo sin vida.
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Con información de EFE / OMS