La ofensiva chavista contra el Referéndum Revocatorio ha redoblado sus esfuerzos para impedir que el pueblo de Venezuela saque de la silla presidencial a Nicolás Maduro.
Luego de que el CNE extendiera un nuevo plazo de validación hasta el 26 de julio, Jorge Rodríguez, representante de Maduro ante el órgano electoral, expresó que iniciarán a procesar una serie de demandas contra la oposición por supuesto fraude.
“Vamos a empezar a accionar tantas demandas y acciones legales como eventos fraudulentos haya habido”, dijo este lunes Rodríguez.
Por otro lado, también acudirán al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para promover una suspensión del proceso. Es de conocimiento público que el poder judicial está en manos del chavismo.
De su lado, los opositores, agrupados en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), creen que se están cocinando “un par de sentencias” para suspender la activación del referendo.
El Gobierno “no puede negarse al referéndum después de que se validan las firmas, y después de que la gente expresa su voluntad, y después de que se han superado todos los obstáculos, las trampas”, dijo Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional.
Si lo hace, “este es un golpe de Estado”, remarcó.
Este contrapunto anticipa el tono de las discusiones que seguirán en las siguientes semanas, antes de que el CNE determine si activa el referendo contra a Maduro.
Venezuela en crisis
Mientras esto sucede, millones de venezolanos lidian con la escasez de productos, la alta inflación (180,9 en 2015) y niveles disparados de criminalidad. El Gobierno achaca a una “guerra económica” la difícil situación, agravada por la caída en un 50% del precio internacional de petróleo, su único rubro importante de exportación.
El pasado viernes expiró el plazo de cinco días para el reconocimiento de rúbricas a favor del revocatorio. Poco más de 1,3 millones de venezolanos estaban llamados a cumplir con este trámite, que derivó en largas y extenuantes filas.
Según la oposición, 409.313 personas autenticaron la firma con la huella digital, el doble de lo exigido por el CNE para activar la consulta, pese a las trabas del oficialismo.
Si la autoridad electoral da su visto bueno, las fuerzas alineadas contra Maduro deberán reunir unos cuatro millones de firmas (20% de los electores registrados) para ir al referendo.
Aunque la normativa electoral indica que estas deben ser recaudadas en tres días, Rodríguez dijo que el chavismo pedirá al CNE que sea en una jornada.
“Vamos a exigir que así como el presidente Nicolás Maduro fue electo en un día, la recolección de firmas se haga en un día”, indicó.
Mientras oficialismo y oposición se trenzan en un nuevo enfrentamiento frente a las cámaras, el diálogo político no logra despegar, pese a la mediación de una misión internacional conformada por los exmandatarios José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá).
Ramos Allup descartó este lunes reunirse de nuevo con esa delegación en República Dominicana.
“La agenda de un eventual diálogo por parte nuestra la ponemos nosotros y, si no están dispuestos a coordinar esa agenda, pues no vamos”, sostuvo.
Con el apoyo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el grupo de expresidentes busca facilitar el acercamiento político en Venezuela, pero los adversarios de Maduro han señalado que no negociarán el referendo revocatorio.