Durante una misa que se estaba llevando a cabo en el santuario de Jasna Hora, Czestochowa, Polonia, el papa Francisco tropezó con uno de los escalones que lo hizo falsear y caer al suelo.
Un grupo de religiosos ayudó a levantar al sumo pontífice para continuar la celebración de la misa, reseña la agencia AFP.
El papamóvil lo llevó al popular santuario de Jasna Gora, sitio en el que desde el siglo XIV, se venera a la “Virgen Negra”, llamada así por el color de su piel.
Al igual que sus antecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI, Francisco donó una rosa de oro, como regalo tradicional que otorgan los pontífices a los santuarios marianos.
Desde el altar, con el santuario a sus espaldas, el papa argentino presidió una misa solemne celebrando del 1050 aniversario del bautismo de Polonia, entre los países más católicos del mundo.
“Dios prefiere instalarse en lo pequeño, al contrario del hombre, que tiende a querer algo cada vez más grande. Ser atraídos por el poder, por la grandeza, por la visibilidad es algo trágicamente humano”, dijo el papa Francisco.
Con información de AFP