Otro duro golpe sufre la izquierda en latinoamérica, Dilma Rousseff, quien hasta el día de hoy era la presidenta del Brasil, quedó destituida por el Senado brasileño con 61 votos a favor y 20 en contra.
Rousseff, considerada como la hija politica del tambien izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, fue acusada de maquillar cifras y aprobrar recursos sin el consentimiento del congreso, algo que salpicó ademas a otras personas del llamado partido “socialista” de los trabajadores.
Esta decisión acaba con 13 años de gobierno bajo el manto del Partido de los Trabajadores, liderado por Lula da Silva, muy allegado al régimen comunista de Cuba.
El pleno del Senado empezó a cantar el himno nacional en el momento en que se anunció la decisión, pero fue interrumpido por una nueva votación sobre una pena adicional, que sería la suspensión de sus derechos políticos durante ocho años, pero cuyo resultado fue que los mantiene.
Rousseff ha sido encontrada culpable de alterar los presupuestos mediante tres decretos no autorizados por el Parlamento y de contratar créditos a favor del Gobierno con la banca pública, lo cual ha negado durante todo el proceso.

Por supuesto los senadores que apoyaron a Rousseff no dudaron en calificar el juicio como un “golpe de Estado” y tildaron de “canallas” a sus colegas de Derecha.
Por otro lado, el senador Ronaldo Caiado, del derechista partido Demócratas (DEM), afirmó que “canallas son los que se enriquecieron ilícitamente, canallas son aquellos que quebraron Petrobras, canallas son aquellos que dejan a Brasil en una situación crítica”
La destitución de Rousseff confirma en el poder a Michel Temer, quien completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019, para el que Rousseff había sido reelegida en octubre de 2014.
Con información de EFE