
La normalización de las relaciones con los EE.UU. supone en sí la aceleración de ese proceso, como Laura Ling, publica en Seeker.
La mayoría de las industrias en Cuba son de propiedad del Estado, pero en 2010 el gobierno comenzó a permitir la empresa privada y el empleo de terceros a través de estas.
Gran parte de este trabajo se centra en la industria del turismo, y se estima que alrededor de 200 profesiones diferentes, se encuentran trabajando bajo la figura del cuentapropismo.
Irónicamente, muchos profesionales altamente cualificados como los médicos y los ingenieros están dejando sus carreras de lado, para dedicarse a otros oficios.
Un taxista o un camarero puede hacer por su cuenta más dinero que el salario que le proporciona el Estado ejerciendo la profesión.
Cerca de 500.000 cubanos están registrados oficialmente como cuentapropistas, pero los economistas estiman que el número real es más cerca de dos millones – alrededor del 40 por ciento de la fuerza de trabajo.
Los turistas de todo el mundo vuelan a Cuba por su clima tropical y playas. Sin embargo, desde hace más de 50 años, la restricción de los viajes en los EE.UU. prohibía a la mayoría de los estadounidenses viajar a la isla.
En 2014, estas restricciones se aliviaron considerablemente y ahora una afluencia de turistas estadounidenses se está expandiendo rápidamente en la industria de la hospitalidad cubana. Incluso se puede conseguir reservas Airbnb en La Habana de ahora.
A pesar de los avances económicos y diplomáticos, muchos vestigios del comunismo permanecen.
La oposición política es reprimida, la propiedad privada de la tierra sigue estando prohibida, y el gobierno controla todas las importaciones y exportaciones. Esto ha creado un sistema de mercado negro poco saludable que castiga a los propietarios de restaurantes o comercios.
Mientras que la prohibición de viajar se ha levantado, los EE.UU. están volviendo a imponer su embargo comercial a Cuba, que prohíbe a la mayoría de los países de América Latina hacer negocios en la isla.
El presidente Obama continúa abogando por un levantamiento de la prohibición, pero los hábitos de la Guerra Fría se resisten a morir – el Congreso de mayoría republicana ha votado sistemáticamente en contra de ella.
Traducción al español desde Seeker