Las fuerzas del Gobierno de Iraq lanzaron este lunes una ofensiva respaldada por Estados Unidos para expulsar al Estado Islámico de la ciudad norteña de Mosul, en una gran lucha en busca de recuperar el último bastión de los militantes en el país, según informó Reuters.
Luego de dos años de que los yihadistas tomaron la ciudad de 1,5 millones de habitantes y anunciaron un califato sobre parte del territorio de Iraq y Siria, una fuerza compuesta por 30.000 soldados iraquíes, “peshmergas” kurdos y combatientes de tribus suníes avanzaban.
Los helicópteros disparaban y podían escucharse explosiones en el frente este de la ciudad, donde Reuters divisó a combatientes kurdos avanzando para tomar zonas periféricas.
Una campaña aérea encabezada por Estados Unidos ayudó a expulsar al EI de gran parte del terreno que controlaba, pero se estima que entre 4.000 y 8.000 rebeldes continúan en Mosul. El Pentágono aseguró que las fuerzas iraquíes están cumpliendo sus objetivos y van más avanzados de lo programado en el primer día de la ofensiva.
Residentes contactados por teléfono desmintieron reportes de canales árabes de televisión acerca de un éxodo de los yihadistas, que han empleado escudos humanos en el pasado y han amenazado con recurrir a armas químicas.
“Daesh está usando motocicletas para que sus patrullas evadan la detección aérea, con pasajeros en el asiento trasero que emplean binoculares para vigilar edificios y calles a distancia”
Afirmó Abu Maher haciendo referencia al EI con un acrónimo árabe.
Washington pronosticó que EI vivirá “una derrota duradera”, ya que las fuerzas iraquíes han diseñado su mayor operación desde la invasión estadounidense del año 2003 que derrocó a Saddam Hussein.
Con información de Agencias.