Las autoridades de la provincia oriental de Granma se encuentran preocupadas por el comportamiento sexual entre los adolescentes de ese territorio, quienes al parecer deben su conducta a “patrones foráneos ” y de mal gusto.
En lo que va de año, más de mil jóvenes menores de 18 años se convirtieron en madres en el territorio granmense, una cifra que lo ubica entre los primeros de la nación en ese nada deseable rubro.
Según un reporte de la televisión de Granma, las adolescentes que terminan procreando no tienen una preparación biológica para el parto, no asumen una maternidad responsable, tronchan su futuro profesional y crean conflictos familiares.
De los 7,800 nacimientos que se han registrado en el territorio durante el 2016, 1,110 son de muchachas adolescentes.
Sin embargo, el enfoque del material no es evitar que los adolescentes tengan relaciones sexuales, sino que lo hagan de manera protegida, para evitar enfermedades de transmisión sexual y también la fecundación.
En la provincia Granma, según funcionarios de salud, proligeran el sida, la gonorrea, el condiloma y la hepatitis C.
Embarazos no deseados
Zeida Santiesteban, presidenta de la Comisión Sexual provincial, comentó que los embarazos no deseados terminan en un proceso de aborto que tiene serias consecuencias para el cuerpo femenino.
Una investigación del diario oficialista Juventud Rebelde el pasado año, cifró anualmente en 39 mil las regulaciones y en 20 mil los abortos, ambos procesos que según el estadio del feto se utilizan para interrumpir la procreación.
En declaraciones a esa misma publicación, la socióloga Alina Alvarez, de la Oficina Nacional de Estadísticas, comentó que el 52.6 por ciento de las mujeres que no pueden procrear se sienten frustradas, impotentes, inseguras y con gran depresión emocional aún cuando no sean infértiles.
Cuba, uno de los países con mayor tasa de envejecimiento poblacional en América Latina enfrenta un serio problema: cerca del 20 por ciento de las parejas son infértiles.
La estadística refleja que aproximadamente 200 mil uniones matrimoniales o consensuadas han mantenido relaciones sexuales estables y frecuentes y no han logrado un embarazo en 12 meses, lo cual representa un obstáculo para revertir el proceso de reemplazo poblacional que desde hace 37 años es menor a una hija por mujer.
Publicado en Café Fuerte