Fue conocida como la “guerra secreta”, pero la campaña encubierta que la administración de Kennedy llevó a cabo contra Fidel Castro en los años que siguieron a la Bahía de Cochinos rivalizaron con una guerra abierta en cuanto al tiempo, el dinero y los esfuerzos invertidos en la misma.
Fue una guerra llevada a cabo en gran medida por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a partir de un puesto de mando informal en lo que era entonces el recinto sur de la Universidad de Miami, y que servía de sede a JMWAVE, nombre cifrado de la mayor estación de la CIA en todo el mundo fuera de Langley, Virginia.
Desde allí trabajaban incansablemente más de 400 agentes de la CIA a tiempo completo, planeando la campaña encubierta contra Cuba, cuyos recursos iban desde el sabotaje al magnicidio. El terreno es ahora la sede del Zoo Miami.
El jefe de la estación de 1962 a 1965, el período que abarcó su actividad más intensa, fue Ted Shackley, quien fuera más tarde jefe de la estación de la CIA en Vietnam. Pero Shackley no fue el verdadero comandante de la guerra encubierta. Ese papel le correspondió a Robert F. Kennedy, secretario de Justicia de EEUU y hermano del presidente.
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