Tanto Cuba como Venezuela, parecen no aterrizar en su propia realidad. Una Cuba que se acaba de declarar en franca recesión y una Venezuela, cuya crisis no puede ocultar, se niegan a normalizar sus relaciones con Brasil.
Ambos gobiernos, el venezolano y el cubano, no reconocen la administración del gobierno de Michel Temer y se niegan a recibir las credenciales de los Embajadores Alberto Castellar y Frederico Duque Estrada, respectivamente.
El pasado 31 de agosto la Cancillería cubana emitió un comunicado de condena a la destitución parlamentaria de la presidenta Dilma Rousseff.
“El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba rechaza enérgicamente el golpe de estado parlamentario-judicial que se ha consumado contra la Presidenta Dilma Rousseff”, expresó el comunicado que no se refirió en ningún momento al estado de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Por su parte, Venezuela congeló sus vínculos con Brasil, en un comunicado publicado el mismo día en que lo hizo Cuba. En la declaración oficial del gobierno de Nicolás Maduro, se lee:
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, en resguardo de la legalidad internacional y solidaria con el pueblo de Brasil, ha decidido retirar definitivamente a su Embajador en la República Federativa de Brasil, y congelar las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno surgido de este golpe parlamentario
Con información de martinoticias
