La crisis migratoria cubana que se desarrolla en varios países de América Latina parece no preocuparle a los isleños que emigraron hace varios años y que ahora se encuentran establecidos en la ciudad de Tampa, Florida.
Todo indica a que las penurias que en algún momento ellos vivieron y que hoy recae sobre sus compatriotas no los amilana, y prefieren mantenerse al margen sin emitir opiniones o destinar ayudar a los necesitados en Nuevo Laredo.
Pablo Martínez, director ejecutivo de la fundación Nuestra América, fustiga la posición de estos cubanos que se muestran indolentes.
“Ahora el pueblo cubano está entre la espada y la pared, porque allí es donde tu ves la conducta que asumieron, la respuesta de los Estados Unidos y enfrentan un futuro incierto, porque Cuba no va a cambiar sus políticas”
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Para este líder comunitario cubano, la derogación de la política Pies Secos/Pies Mojados, era algo que se venía venir, y los cubanos en Estados Unidos no se prepararon para ello.
Martínez asegura que la reacción de la comunidad cubana en Tampa es de imparcialidad y silencio total.
“El cubano aprendió a que allá nadie resuelve los problemas, y que aquí las políticas de Estados Unidos los ayudaba bastante, y sienten que en su criterio son marginados, entonces ellos no opinan ni a favor ni en contra”
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Mundo Hispano
@hchirinosch