De las condenas al régimen en general se va transitando a la individualización de responsabilidades criminales por la represión que ejercen personas que pertenecen a sus grupos militares, paramilitares y policiales.
Ello marca un antes y después. Hoy a la élite político-militar cubana y sus represores les llega un mensaje nuevo, inédito“Están siendo vigilados y sus acciones no pasarán desapercibidas”. :
La Comisión Internacional para la Fiscalización de los Crímenes de Lesa Humanidad del Régimen Castrista “Justice Cuba”, en tanto, anunció que presentará ante un “tribunal competente” expedientes completos de los crímenes cometidos por el castrismo, como el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, el hundimiento del remolcador 13 de marzo, la muerte de activistas como Laura Pollán u Oswaldo Payá, y otros muchos. Las acusaciones podrían ser presentadas tanto en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como en la Corte Penal Internacional de La Haya, o en tribunales nacionales de otros países en caso de que alguna víctima tuviese doble nacionalidad o fuese extranjera.
Por otra parte, activistas cubanos presentaron en Ginebra una denuncia formal en la ONU, ante Michael Forst, Relator Especial sobre la Situación de los Defensores de Derechos Humanos, de las confiscaciones de medios de trabajo y bienes personales de los opositores y periodistas independientes en la isla.
Esta transparencia tanto general como individualizada de la represión castrista no puede ser ya evitada porque las nuevas tecnologías escapan al control orwelliano de décadas atrás. Ahora son las propias víctimas de abusos y crímenes, quienes desde Cuba suministran al mundo fotos e información con datos precisos de los represores y sus superiores. Eso no tiene ya marcha atrás.
Esta nueva coyuntura parece comenzar a ser metabolizada por la cúpula castrista. La excarcelación de tres hermanos de Holguín que estaban en huelga de hambre muestra que la presión interna y externa que tiene hoy la dictadura supera la que tenía hace siete años. La nueva trasparencia se hizo evidente cuando la dictadura creyó que podía dejar morir de hambre en prisión a Orlando Zapata sin que nadie se enterara ni protestara por ello. Craso error.
Pero la tozuda vocación reaccionaria de la cúpula de poder sigue traduciendo hasta ahora en su resistencia a reformas estructurales y el aumento de la represión. En vez de abrir espacios que oxigenen la sociedad, recurren al acoso del emprendedor y al garrotazo contra el disidente. De manera irresponsable agravan cada vez más la crisis de la nación cubana. Pero nada contiene la creciente conciencia de que la solución a la crisis nacional solo puede resolverse con la edificación de una sociedad abierta y democrática basada en un Estado de Derecho.
Los jerarcas del régimen debieran tomar nota de las palabras de Anairis Miranda, la valiente joven opositora holguinera que en prisión hizo una huelga de hambre que casi le cuesta la vida: “vamos a seguir luchando… y si hay que morir lo haremos de pie, no de rodillas”
Publicado originalmente en Angelicamorabeals Angélica Mora
