Los expertos ya han opinado sobre lo que pasará en Cuba el venidero febrero de 2018, cuando el dictador Raúl Castro le corresponda dejar ‘el trono del poder’ en la isla caribeña, momento en el cual se sabrá a ciencia cierta qué ocurrirá con la sucesión dinástica que ha condenado a la nación insular a casi sesenta años de castrocomunismo.
Y ante las opiniones de destacados analistas políticos y los retos económicos que enfrenta la Isla, ya comienzan a escucharse los nombres y dentro de estos, resuena uno sin cesar, el de Miguel Díaz-Canel.
Para el analista político Sebastián Arcos Cazabón, el rol de Díaz-Canel será el de “mostrar un rostro más joven, no lleva el apellido Castro y además no es claramente un militar”, estas son las ventajas que según Arcos, tendría el comunista cubano para atornillarse en el poder en la mayor de Las Antillas.
Mientras que para el analista político Dr. José Azel “en Cuba no existe una tradición histórica donde los militares se subordinan a una jerarquía civil”. Hecho que hace pensar que detrás de quien asuma el poder en Cuba, siempre estará la omnipresencia del castrocomunismo que tanto, daño ha causado para la consagración de las libertades plenas y fundamentales en el país caribeño.
Muchos analistas coinciden en afirmar que detrás de la cara presidencial, continuará rigiendo los destino de la Isla el poder de los Castro. De hecho, como se ha observado en reiteradas oportunidades, a la fecha el dictador Raúl Castro no ha anunciado que dejará la Secretaría General del Partido Comunista, instancia desde donde podrá mover sus tentáculos para continuar ejerciendo la represión, la violencia y la vulneración de los derechos humanos con total impunidad.
¿Qué ocurrirá en febrero de 2018? ¿quién asumirá el poder para lavar el poder de los Castros? ¿quién será el encargado de dar continuismo político al castrocomunismo? estas y muchas otras preguntas aun faltan por responder. En tanto, el pueblo continua a la espera de un gobierno que garantice la calidad de vida, en paz, en libertad y en democracia, y aunque estas condiciones no se regalan, se defienden, esta parece ser la situación actual cubana.
Redacción CPEM
