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Solución de los pobres: Costureras de barrio proliferan en Cuba

Las trabajadoras del sector privado dedicadas a la costura se incrementan considerablemente en Cuba. Mujeres que superan los 50 años de edad, dedican duras jornadas diarias para fabricar prendas de vestir y otras piezas textiles.

Un reportaje de Cubanet, recoge el testimonio de Daisy Pedroso Rodríguez, una técnico medio en confecciones textiles, modelista y Costurera de 52 años, que labora en el pequeño atelier “La elegante del vestir”, ubicado en Calzada de Diez de Octubre esquina a Lacret, en La Habana.

Recuerda que el local donde trabajo hoy “funcionó como establecimiento estatal durante quince años, pero el inmueble se había deteriorado mucho y el servicio iba de mal en peor, por lo que el Gobierno decidió cerrarlo y entregarlo en arrendamiento. Y desde hace siete meses laboramos como negocio privado”.

Cecilia mostrando una pieza para respaldo de un sofá de dos plazas (Foto: Ernesto Aquino)
Cecilia mostrando una pieza para respaldo de un sofá de dos plazas (Foto: Ernesto Aquino)

Comenta que “el negocio funciona con dos costureras y una recepcionista vendedora. El Atelier ofrece un servicio integral de confecciones y arreglos para ropas de niños, de hombre y de mujer; además de confecciones especializadas como uniformes escolares, trajes típicos para religiosos de la santería, ropitas para muñecas, zapateras y canastilleros”.

También Marta Flores Hernández, la otra costurera que junto a Daisy atiende todo el trabajo de confecciones y arreglos, quien además es la titular del arrendamiento, asegura que “una particularidad que nos distingue es la flexibilidad de los precios en los servicios que ofrecemos y el tratamiento especial que le damos a los jubilados y personas con bajos ingresos”.

“Uno de los servicios de mayor demanda en los meses de julio y agosto, y que la población agradece mucho, es la confección y arreglo de uniformes escolares, porque a los alumnos sólo le garantizan un uniforme para todo el año, y en el 90 por ciento de los casos los uniformes que les entregan están 3 o 4 veces por encima de la medida”, agrega Flores.

Bufanda tejida por Cecilia Valdés Oropesa (Foto: Ernesto Aquino)
Bufanda tejida por Cecilia Valdés Oropesa (Foto: Ernesto Aquino)

Deysi se apresura a decir entonces: “Y una cosa muy importante, y que me gustaría que se supiera, es que todos los recursos con los que trabajamos lo tenemos que adquirir a precio de mercado, además de que tenemos que gestionarlos nosotras mismas; incluso las máquinas con las que laboramos son todas de nuestra propiedad, porque cuando el Estado cerró el Atelier se llevó todas las máquinas industriales que había, aun cuando nos impuso como condición para el arrendamiento que debíamos garantizar el servicio comunitario”.

Una enfermera retirada, Cecilia Valdés Oropesa de 63 años de edad, ha dedicado 40 de ellos a las confecciones tejidas a croché.

Cecilia nos cuenta que el arte de tejer “me lo enseñó mi padre, desde muy pequeña, y se convirtió en mi mayor pasión. Te puedo decir que, prácticamente, estoy tejiendo todo el día. El único momento que no tejo es cuando realizo las tareas domésticas habituales. Estoy obsesionada con el tejido”.

Valdés Oropesa confecciona “vestidos playeros, blusas, vestidos juveniles, bufandas, vestidura para juegos de sala, manteles, fundas para sombrillas, tapetes para centros de mesa y cualquier pieza que me pidan”.

Explica Cecilia que “la ropa tejida se lleva mucho en Cuba, ya que la temperatura es muy alta y el costo de la mayoría de estos tejidos no pasa de los 15 dólares, con excepción de los forros para juegos de sala, que constan de entre 11 y 13 piezas y tienen un precio de 30 dólares y las fundas para sombrillas que tienen un precio de dos dólares”.

“Puede que el precio parezca alto”, continúa Cecilia, “pero la confección de cada pieza demora entre uno y tres meses, y la materia prima se dificulta mucho para conseguirla, sobre todo el hilo de cordel y el de hilaza, que son los que más rinden; y cuando aparecen, los conos pueden costar entre 10 y 15 dólares cada uno”.

Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Cubanet

Written by María Fernanda Muñóz

Periodista venezolana. ¿La mejor arma? Humanidad. Pasión se escribe con P de periodismo

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