La advertencia lanzada por el Gobierno del presidente Donald Trump para que los estadounidenses se abstengan de viajar a Cuba les cayó como un cubo de agua fría a los emprendedores de la Isla, que ven sus posibilidades de desarrollo amenazadas.
Pensando que iba a haber una explosión del turismo americano nos pusimos en función de abrir negocios, bares, restaurantes, casas de renta y muchas personas invertimos todo lo que teníamos, pedimos prestado, dijo en tono de alarma Yunaika Estanque, de 51 años, dueña de un hostal de tres cuartos en La Habana Vieja
Por eso para la mujer que se asoció con sus padres para crear el negocio, su preocupación es que la explosión de casas de renta en su sector de La Habana Vieja en combinación con una posible baja del turismo sea un coctel inapropiado.
Ahora va a haber mucha oferta, pero poca demanda relativa
Es una situación que preocupa a los cubanos ya que el turismo es la principal fuente de ingresos del régimen, con estimados en 3.000 millones de dólares en 2016, cuando recibió a cuatro millones de visitantes de todo el mundo.
Con el incremento del turismo estadounidense “hubo un efecto positivo y un deseo de mejorar el nivel de los servicios, la calidad y eso fue positivo”, consideró Martin Payne, un británico residente en la Isla que representa a una agencia de turismo de Gran Bretaña.
Mucha gente quería venir a Cuba antes de la avalancha americana, los europeos ahora van a decir ‘bueno, podemos esperar, no hay apuro. Está en la lista para visitar en el futuro
Sin embargo, compañías de viaje, entre las que se encuentran turoperadores, y las principales líneas de crucero asentadas en EEUU, han manifestado su intención de continuar operando y emitiendo turistas hacia la Isla.
Redacción Cubanos por el Mundo / Con información de Diario de Cuba