Un potente bombardero estratégico B-1B fue incluido por EEUU en las maniobras aéreas denominadas Vigilant ACE, para simular un combate con cazas furtivos estadounidenses F-22 y F-35 y cazas F-15 surcoreanos. El despliegue militar se realizó en el campo de Pilsung, en la provincia de Gangwon, a unos 155 kilómetros de la frontera con el país en conflicto, Corea del Norte.
Según los especialistas, los aviones B-1B son una de las máximas muestras de fuerza empleadas por el país norteamericano ante situaciones hostiles y que suponen una confrontación militar, como la que existe actualmente con la nación norcoreana. El pasado 3 de noviembre fueron exhibidos estos aviones a pocos días de la visita del presidente estadounidense, Donald Trump, a Corea del Sur.
Los ejercicios aéreos de la fuerza militar estadounidense ya estaban previsto antes del recrudecimiento de las relaciones con Pyongyang. El despliegue de Vigilant ACE se realiza cada año, con la distinción en esta oportunidad, de haber sido reforzado para enviar un claro mensaje de poder a sus adversarios en conflicto, al otro lado de la península.
Nave potente
El Rockwell B-1 Lancer es un bombardero estratégico cuatrimotor con ala de geometría variable usado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) desde 1986. Concebido inicialmente en los años 1960 como un bombardero supersónico con suficiente alcance y capacidad de carga como para reemplazar al Boeing B-52 Stratofortress, finalmente en los años 1980 se desarrolló principalmente para incursiones a baja cota, con largo alcance y capacidad de vuelo supersónico a gran altitud.
Amenaza latente
Luego de que Corea del Norte lanzara un misil Hwansong-15 desde su costa occidental el pasado 28 de noviembre, el satélite ImageSat International ha tomado imágenes que indican que Pyonyang se está preparando para el lanzamiento de un nuevo proyectil.
Los expertos en el área descubrieron que se trata de la construcción de una zona con idénticas dimensiones y características a las usadas para lanzar misiles. En este caso sería una carretera que conectará la base con la plataforma de lanzamiento.
El ejército norcoreano disparó el Hwasong-15, que sitúa a Pyongyang cada vez más cerca de poder alcanzar EEUU con arma nucleares.
Nikki Haley, embajadora estadounidense ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), rechazó el lanzamiento de un misil intercontinental por parte de Corea del Norte, a quien acusó de acercar al mundo a una guerra.
“”El dictador norcoreano tomó una decisión que acerca al mundo a una guerra, no lo aleja. Y si hay una guerra, no se equivoquen, el régimen norcoreano será totalmente destruido”.
Redacción Cubanos Por El Mundo