Jesús Portuondo Rancoll, el menudero guantanamero, es la única opción que tienen los pasajeros en La Habana para no pagar el cobro ilegal de los choferes de las guaguas, quienes sin explicación alguna, no dan el cambio a los usuarios. La tarifa oficial del pasaje es de 40 centavos, sin embargo, al pagar con un peso, los pasajeros se quejan de que no hay vuelto. Según información de Martí Noticias.
“Ellos vienen y cambian, por un peso yo les doy 80 y con eso pueden pagar dos guaguas, mientras que sí no lo cambian un solo trayecto les sale en un peso. Si usted coge tres guaguas en el día ya son tres pesos que está pagando”.
El cambiador, de 77 años, se gana la vida cambiando un peso por 80 centavos, su ganancia por cambio es de 20 centavos. De a poquito, acumula un ingreso que le sirve para cubrir necesidades básicas. Su oficio, comenzó a ser rentable desde el año 2010, año a partir del cual se aceleró la devaluación de la moneda nacional.
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Explicó que su trabajo beneficia a los más necesitados, en especial, a los estudiantes, quienes a pesar de tener una tarifa preferencial de 20 centavos en el transporte público, sufren también por el abuso de los conductores quienes se acostumbraron a no entregar el vuelto a los pasajeros.
Oficio ilegal
Portuondo ejerce un trabajo ilegal, único en su estilo. Confesó que al principio tenía problemas con la policía pero con el pasar de los años ya fue aceptado por ser una labor que beneficia a la mayoría de los usuarios, molestos por los abusos en el servicio.
“Nunca dan cambio, no dicen nada y mucha veces cuando se los exiges se ponen bravos”, asegura una guantanamera.
Eugenio Hernández, chofer de una guagua de la ruta B6, dio su versión de los hechos.
“Al menos yo cobro 40 centavos, el que paga el peso es porque quiere. Nosotros entregamos la recaudación al Estado que es lo que nos piden. Y el que no tiene para pagar monta en todo el Estado”.
Sin embargo, los pasajeros no están de acuerdo con Hernández, al asegurar que sin pesos no se montan a las unidades. Denunciaron además toda clase de excesos cometidos por los trabajadores del volante, quienes hasta toman bebidas alcohólicas en sus horas de trabajo.
Redacción Cubanos Por El Mundo