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Papa Francisco visitará en Perú comunidad destruida por la fiebre del oro

Indígenas solicitarán ayuda al Papa para que se eliminen las operaciones ilegales de extracción de oro que han invadido sus comunidades

270 millas cuadradas de selva han quedado convertidas en paisajes casi desérticos en Perú. Foto captura de pantalla
270 millas cuadradas de selva han quedado convertidas en paisajes casi desérticos en Perú. Foto captura de pantalla

Donde hay oro hay mafias. Y donde hay mafias hay juego de poder, violencia y temor. De todo eso hay en Puerto Maldonado caserío que ubicado unas 500 millas al este de Lima, es la puerta de Perú a la Amazonia y uno de los principales centros de minería ilegal de oro en las Américas.

“Nuestros ríos están sucios y se están secando, y las plantas y los peces están muriendo. Necesitamos que nos ayude”, exclamó Guadalupe Tayori, quien con sus cuatro hijos viajó ocho horas en camión, canoa y autobús para llegar a la capital de Madre de Dios, decidida a escuchar al papa Francisco.

Ella tiene un objetivo: solicitarle ayuda al Papa para que se eliminen las operaciones ilegales de extracción de oro que han invadido la reserva indígena donde ella vive, según reseña El Nuevo Herald.

La mujer oriunda de Puerto Luz, con 58 años de edad y la piel curtida por el sol, quiere acompañar al papa Francisco hasta la remota y abrumada comunidad una vez que ponga el pie en el campo políticamente minado, donde los ambientalistas y algunos de los políticos más poderosos de la región batallan por el futuro de la zona.

Zona devastada

270 millas cuadradas de selva han quedado convertidas en paisajes casi desérticos en Perú, por el trabajo de entre 30 y 40 mil mineros informales e ilegales, en zonas protegidas para tribus como Puerto Luz que separa la reserva de Tambopata de las reservas indígenas.

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Alain Gallegos, de 46 años y alcalde de Puerto Maldonado, quien fue expulsado del cargo alegando cargos de corrupción, luego de que hablara con medios internacionales sobre el tema en cuestión, aseguró que se está destruyendo la Amazonia “y a nadie parece interesarle”.

“La minería ilegal está acabando con nosotros y estamos convirtiendo nuestra selva en un desierto”, destacó el exalcalde de Puerto Maldonado.

La extracción ilegal del oro es más que un problema ambiental, es un problema de salud pública.
La extracción ilegal del oro es más que un problema ambiental, es un problema de salud pública.

Humberto Cordero Galdós, encargado de Madre de Dios en el Ministerio del Ambiente de Perú, aseguró que también es un problema de contaminación, puesto que incluso personas que viven a cientos de millas de distancia están mostrando señales de haber ingerido mercurio, ese que se usa para separar el oro de las piedras y que está llega a las aguas de los ríos, contaminando peces y los alimentos.

“Esto ya es algo más que un problema ambiental, es un problema de salud pública Estamos viendo contaminación con mercurio en las personas, particularmente en las comunidades rurales que depende de la pesca para comer”, exclamó Cordero Galdós.

El Papa ha insistido en sus viajes por el mundo en que el hombre y la naturaleza tienen que coexistir y ha alertado sobre cómo la avaricia amenaza el planeta. En 2015 condenó específicamente la minería ilegal de oro como ejemplo de que la demanda de los consumidores de los países ricos puede afectar los ecosistemas en el mundo en desarrollo.

El pontífice llega el jueves a Lima, la capital de Perú, y el viernes hablará a las multitudes en un espacio abierto en Puerto Maldonado y se reunirá con líderes indígenas.

Al describir escenas familiares en Madre de Dios, el Papa escribió de “grandes problemas humanos y ambientales como… el agotamiento de los recursos naturales, la deforestación… afectaciones a los ríos”.

El problema

“La raíz de este problema es que la gente está tratando de ganarse la vida”, afirmó Susan Egan Keane, directiva de alto rango del Natural Resources Defense Council, un grupo ambientalista de Washington DC.

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Óscar Guadalupe Zevallos, de la organización sin fines de lucro peruana Asociación Huarayo, aseguró que aunque ciertamente la pobreza, impulsa la fiebre del oro en Perú, también existe un elemento de avaricia en la industria.

Durante 20 años, su organización ha estado ayudando a rescatar a niños que trabajan en las minas con salarios y labores de esclavitud. Las mujeres terminan por lo general en la prostitución. Todos son atraídos por la posibilidad de ganar dinero.

“Los llaman los ‘niños andinos’ y dicen que trabajan como adultos pero les pagan como niños. Las grandes fortunas de la minería se hacen con el sudor y las lágrimas de niños”, explicó.

Zevallos acompañará a 15 niñas rescatadas recientemente de las minas para escuchar la alocución del Papa.

Tayori, miembro del grupo indígena harakbut, dijo que espera que la presencia del Papa finalmente arroje luz sobre esta desatendida región del país.

“Quiero que el Papa y el presidente vean que los indígenas existen, quiero que sepan que no tenemos agua”, manifestó Tayori.

Redacción Cubanos por el Mundo

Written by Dayana Fernández

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