La crisis habitacional se extiende por todo el territorio cubano pasando a ser uno de los principales problemas que pone en riesgo el buen vivir de la población. En La Habana, los deteriorados edificios que parecen abandonados, reflejan la falta de competencia por parte del régimen para hacerle frente a dicha situación.
Un artículo de Cubanet detalla que cerca de 11 mil personas en La Habana Vieja viven en condiciones precarias de insalubridad, hacinamiento y riesgo de derrumbes. Esto, como parte de una respuesta que se le dá a Eusebio Leal, historiador de la Ciudad, luego de que este afirmara la creciente “arquitectura de la necesidad” que comienza a imperar en la capital.
“Según datos registrados por la Oficina del Historiador, de las aproximadamente 23 mil viviendas construidas dentro del perímetro del Centro Histórico, el 45,3 % no reúne las condiciones de habitabilidad adecuadas, y cerca del 42 % de la población reside en ellas” dice parte del artículo.

A pesar de los intentos del régimen por alejar de esta “necesidad” a los edificios que consideran de interés, la realidad está a simple vista. Enormes edificaciones corroídas por el tiempo. Grietas que amenazan a sus inquilinos y techos que asoman pedazos de metal y madera.
“En estos edificios declarados inhabitables desde hace años, entre escombros y desperdicios, ondean ropas al sol. Es el indicador de que algún cubano, presa de la necesidad y el temor a parar en un albergue, pernocta allí, hasta que pase el ciclón definitivo, o un aguacero seguido del implacable sol insular pulverice los ladrillos y haga crujir la estructura completa”.

La posibilidad de accidentes mortales crecen con el pasar de las horas. Algunos edificios logran soportar tempestades, pero otros no lo logran, como lo sucedido en la calle Galiano durante el paso de Irma.
La falta de planificación urbana y domestica, aunado a la corrupción estatal y la escasez de materiales, obliga a los isleños a recurrir a estos nefastos edificios además de promover crecimiento desordenado de la población que se ubican donde y como pueden.
“La definición de “emergente” se explica por sí sola. Cada quien construye donde puede, como puede y sin pedir permiso, porque tener un techo sobre la cabeza es un derecho supremo que el gobierno le ha negado al cubano trabajador, en tanto no ha sido capaz de generar un desarrollo económico que permita a cada individuo construir, alquilar o comprar una casa donde vivir”.

Por su puesto como todo buen castrista, Eusebio Leal intenta separar al régimen del deteriorado casco histórico, ovlidando que fue Fidel Castro quien condenó a tan importante ciudad. “un hombre que odió tanto a La Habana como para condenarla a la degradación lenta y brutal que se percibe en nuestros días.”
Redacción Cubanos por el Mundo