Pese a los esfuerzos de Raúl Castro por heredar el mando a su único hijo varón, Alejandro Castro Espín, la tarea no le ha sido fácil. Las carencias existentes en el perfil del heredero despiertan terribles sospechas en los vaticinios de su padre, quien busca ganar algo de tiempo para prepararlo antes de su muerte.
Roberto Álvarez Quiñones, en publicación de Diario De Cuba, asegura que la omnipotencia política y estatal de Castro Espín depende exclusivamente de sus lazos sanguíneos con el dictador, quien cumplirá en junio 87 años. Lo que permite concluir que no es mucho el tiempo del que dispone el actual dictador para saborear las mieles del poder y preparar su relevo dinástico.
“Por sí mismo, como “cuadro” (en la terminología castrista), Castro Espín carece de hoja clínica. Tampoco tiene apoyo dentro del generalato, ni dentro de la élite civil dictatorial. Y su curriculum vitae es demasiado pobre. Difícilmente los principales generales castristas, muchos de ellos con heridas de guerras en África, aceptarían subordinarse a un advenedizo, sin experiencia como militar”.
Álvarez agrega que a las limitantes de Castro Espín se suman serios problemas para comunicarse y relacionarse con los demás. Y por si fuera poco, también es conocida su mediocridad intelectual.
Ni popular ni preparado
Es claro que mientras su padre viva, seguirá teniendo tanto poder como él. Además, actualmente es miembro clave de la todopoderosa Junta Militar que manda en Cuba, a la que no pertenece, Miguel Díaz-Canel. Otro brazo de poder que lo caracteriza es su cargo como coordinador de los servicios de contrainteligencia e inteligencia.
“Castro III es el Fouché cubano, el hombre más temido por la nomenclatura cívico-militar. Este coronel de 52 años es hoy, de hecho, el hombre más poderoso de Cuba luego de su papá. Una llamada telefónica suya hace temblar más a cualquier jerarca castrista, civil o militar, que una llamada de Machado Ventura, el vice dictador por ser el segundo secretario del Partido Comunista (PCC)”.
Esa ostentación de poder, a juicio de Álvarez, confunde y por eso muchos lo ven como posible sucesor de Castro II como presidente, en abril próximo. Un escenario altamente cuestionable ya conocida la incompetencia del heredero de los Castro y su impopularidad en el país.
“Es cierto que siendo hijo de papá, como presidente tendría mucho poder real, pero aunque en el castrismo nada es descartable, sin background político suficiente, Raúl Castro no va a imponer a su hijo como jefe de Estado dentro de dos meses. Lo que quiere el general es que cuando él se retire del Gobierno, el país regrese a los tiempos de Osvaldo Dorticós, mandatario de “mentiritas”, y que Alejandro, ya más “hecho”, sea el próximo dictador en 2021”.
De esta manera Raúl Castro busca ganar tiempo, apuntando a que en los próximos cuatro años su hijo “cuaje” en el perfil de mandamás.
De allí que Alejandro, no necesite, como algunos creen, ser presidente del Consejo de Estado, ni miembro del Buró Político del Partido Comunista, ni tener grado de general. El general Castro quiere que su hijo lo sustituya, no como presidente, cargo que no valdrá nada, sino como primer secretario del PCC en 2021, que es el cargo que constitucionalmente confiere la condición de dictador.
“El general argumenta que no es un capricho suyo a la norcoreana para perpetuar la dinastía, sino que Alejandro es joven y capaz, y lleva el apellido de Fidel, el líder eterno de la revolución. Y posiblemente sueña que solo lo seguirá siendo si a Alejandro luego lo releva el hijo de éste”, afirma el analista.
Así que todo apunta a que el nuevo presidente, elegido este año, solo tendrá la misión de administrador y la de vender imagen.
“Será presentado al mundo como expresión de la renovación y traspaso de poder en la cúspide dirigente cubana, como ya lo creen tantos en Latinoamérica y la Unión Europea. Así pintan las cosas mientras Castro II viva. ¿Qué pasaría si muriese? Podrían ocurrir muchas cosas. Precisamente para prevenir las no deseables para él, quiere que su relevo sea Alejandro”, concluye Álvarez.
Redacción Cubanos Por El Mundo