Los delitos que los tribunales del régimen de la maldad impone a los presos políticos suelen ser los mismos que la Seguridad del Estado ejecuta en contra de ellos. Es como una especie de sarcasmo revolucionario, que se burla de sus víctimas, y los difama sin escrúpulo alguno. Tal es el caso del preso político José Rolando Casares, activista por los Derechos Humanos en Cuba y miembro ejecutivo de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana.
Al activista le están negando beneficiarse del programa “Educa a tu hijo”, del que los demás reclusos son beneficiarios. Eso significa que el resto de los presos sí pueden pasar tres horas al mes con sus hijos, pero él no. Esto a pesar de que, sí fuese necesario, él lo cambiaría por más golpes. Así lo aseguró su esposa Kirenia Yalit Núñez, a CubaNet.
“Le dijeron que él no estaba incluido en programa. No le dieron ninguna explicación, es parte del castigo, pero no puede estar las tres horas con sus hijos como los demás”, señaló Núñez, quien también coordina la organización a la que pertenece el activista y conversó vía telefónica con su pareja.
Según contó el preso a su esposa, el contacto con otros presos ha traído complicaciones.
“A cambio de beneficios, (otros presos) le han intentado dar golpes en más de una ocasión”.
Cargos oficiales
El opositor, encarcelado en la prisión provincial de Kilo 5 en Pinar del Río, fue acusado el año pasado de ultraje sexual cuando él fue quien terminó desnudo en una estación policial, por órdenes oficiales, para buscar en su cuerpo una memoria.
Ahora, se le niega la atención odontológica que requiere a pesar de que los dientes los perdió en una, de las tantas golpizas, que ha recibido de la Seguridad del Estado. Necesita que le arreglen una prótesis dental que necesita para comer, puesto que al no tenerla su dificultad para masticar los alimentos le afecta en la prótesis intestinal que tenía desde que era niño.
El activista fue encarcelado tras negarse a pagar su condena con trabajo forzado en la agricultura o en la construcción. “También le llegaron a proponer que trabajara en la casa de la cultura de Pinar del Río, para humillarlo más”, cuenta Núñez.
“Quien conoce a Casares sabe que él no sería capaz de hacer nada de lo que se le acusa”, concluye Núñez, quien también considera que la une a José Rolando una amistad. “El colmo es que ellos lo desnudaron en la estación de policías para ver si le encontraban alguna memoria y después lo acusan de ultraje sexual” sentenció la mujer.
Redacción Cubanos Por El Mundo