Alexis Leyva Machado, Kcho, concluyó el tratamiento para combatir su adicción a las drogas y ahora será trasladado a un centro de instrucción para procesarlo legalmente por estar involucrado en varias acciones delictivas, pero su destino está en manos del anciano dictador Raúl Castro, quien tendrá la última palabra con respecto al caso.
El fiscal que lleva las acusaciones contra el conocido artista plástico, espera la decisión del General para decretar el sobreseimiento o la conclusión del proceso, a fin de presentar al acusado ante los tribunales, informa Juan Juan Almeida de Martí Noticias.
Una fuente cercana al proceso judicial sobre Kcho, reveló que el régimen vendió durante años al también diputado como un ciudadano ejemplar, sin embargo su adicción lo llevó a perder ese estatus, incluso su curul en la Asamblea Nacional.
“Por años nos vendieron a Kcho como un ciudadano ejemplar y un diputado combativo, aún cuando varias acusaciones que pesaban en su contra describían lo contrario. La diferencia es que ahora perdió su condición de diputado a la Asamblea Nacional, y con ello desapareció su fuero parlamentario”
Al artista castrista se le acusa de estar implicado en acusaciones como morosidad, insolvencia punible, incumplimiento de pago, abuso de autoridad y tráfico de influencias. Se aprovechó de su amistad con el fallecido Fidel Castro para evitar las deudas con el Ministerio de Comunicaciones.
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Según Almeida, la Fiscalía descarta el tráfico de drogas porque no posee evidencias de venta, aunque sí de distribución y tenencia ilícita de este tipo de sustancias altamente peligrosas y nocivas para la salud.
Investigaciones
Los investigadores informaron que el en teléfono de Leyva Machado encontraron mensajes en los que induce a jóvenes a que se prostituyan a cambio de dinero.
“En ese caso, entonces calificarían los delitos de ultraje sexual, proxenetismo y corrupción de menores”, señaló una fuente judicial consultada.
Sin embargo, el expediente pudiera ser sobreseido.
Es decir, que si el régimen considera que encarcelar a Kcho les acarrearía más problemas que beneficios, terminarán por no enviarlo a la cárcel.
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“Si permiten aplicar la ley -concluye el letrado entrevistado- en el mejor de los casos, debido a su dipsomanía y narcomanía, la ley podría considerar el Estado Peligroso, recogido en el Código Penal para sancionar una conducta antisocial de quienes quebrantan habitualmente las reglas de convivencia social mediante actos de violencia u otros hechos de provocación”.
“Pero en este episodio, la alta dirección del país ha decidido convertir a las autoridades jurídicas en un bufete privado”, agregó la fuente.
A fines del pasado año, Kcho, de 47 años, fue internado en el Centro de Salud Mental (CENSAM) tras enfrentar serios problemas de adicción a las drogas.
La suerte del artista ha sido objeto de comentarios y versiones extraoficiales durante las últimas semanas, vinculándolo desde a actos de violencia doméstica como a incumplimiento de pagos millonarios al monopolio estatal de las comunicaciones, ETECSA.
Redacción Cubanos por el Mundo
