Ya estaban a mediados del segundo tiempo. Los cienfuegueros ganaban el juego dos goles a cero sobre los camagüeyanos. La tensión produjo una riña.
Frank Pérez Espinosa, director Técnico de Cienfuegos, hizo un comentario que escuchó uno de los jugadores de Camagüey y así comenzó todo.
Ambos colectivos técnicos se aglomeraron en el campo en una discusión que se tornó violenta y de la cual resultaron varios heridos. La policía tuvo que intervenir.
Los Miuras de Camagüey, que iban perdiendo, abandonaron el juego por temor a su seguridad física.
La riña obligó a suspender el partido de la edición 103 Liga nacional Cubana de fútbol, según reporta el periódico Adelante.
“La violencia terminó adueñándose de jugadores y entrenadores y luego parte del público”, señala el periódico.
Rutina
Este tipo de incidentes es común en el fútbol cubano.
A finales de la campaña pasada, en el estadio del barrio de Sebastopol del municipio camagüeyano de Minas, varios atletas del equipo Las Tunas armaron una pelea en contra de los cuatro árbitros.
Como también es rutina, y debido a la gravedad de la riña, se espera que los involucrados en sean sancionados con expulsiones del sistema competitivo cubano durante uno o más años.
Redacción Cubanos por el Mundo