Un país tropical “sin frutas” es uno de los tantos absurdos acarreados por los 60 años de dictadura castrista en Cuba. Los cubanos deben caminar mucho para encontrarlas y cuando lo logran, los precios son muy altos. Un mango, en la Isla más grande del Caribe, cuesta hasta 10 pesos, mientras que cada plátano le cuesta a sus habitantes un peso o más.
“Estos platanitos valen a peso cada uno, pero bueno hay que comer. Yo no me como ni un mango porque valen desde 5 a 10 pesos” se lamenta una anciana cubana consultada por Martí Noticias, quien en un puesto de frutas revisa las opciones para saber qué puede llevar.
Según las cifras publicadas en el VIII Encuentro Nacional de Cooperativas y Movimientos Frutales, el plan anual de suministro de alimentos fue “sobrecumplido” en 105% en todo el país, sin embargo, esos indicadores no se aprecian en el abastecimiento de los mercados populares.
LEA TAMBIÉN: Cuba busca aumentar producción de frutas en alianza con la ONU y Canadá
Escasez y altos precios
Los vendedores culpan a los campesinos y sus intermediarios de vender a altos precios, mientras que los consumidores culpan a los comerciantes.
“Lo único que hay aquí en Cuba es el limón, el mango y la piña, y con la escasez que hay no se desarrollan las frutas. Los precios muy caros”, dice un vecino.
Según algunos de los comerciantes consultados, una caja de tomates les cuesta 160 pesos y la de plátano, 70 pesos.
Lo mismo siempre
Los cubanos coinciden en afirmar que lo que suelen encontrar en la venta de frutas son piñas, melones, limones y mangos. Fuera de eso, es raro ver duraznos, manzanas, uvas, peras u alguna otra fruta.
“La variedad es muy pobre, pero los particulares si tienen de todo”, explica un transeúnte.
Los mercados populares no tienen variedad porque es casi nula la producción y distribución estatal, los campesinos del sector deben lidiar con infinidad de obstáculos en la producción sin contar con el apoyo del estado.
Redacción Cubanos Por El Mundo