Tener un televisor inteligente en Cuba representa una quimera, ya que se puede obtener en la red minorista estatal a precios exorbitantes, optar por el mercado alternativo o esperar al regalo de un familiar en el extranjero. Pero quienes ya poseen este equipo se enfrentan el problema de la conectividad.
Cuba fue el primer país en Latinoamérica en tener televisión y el segundo del mundo en trasmitir programación a color, después de EE.UU.
De acuerdo con Martí Noticias, luego de la dictadura castrista se implementó, Cuba involucionó en los avances tecnológicos de esta rama considerablemente, y paso de tener 5 estaciones televisivas a sólo dos.
Y de los colores y marcas de televisor reconocidas, pasaron a los Krim-218, luego aparecieron los Atec-Panda, y otros modelos que se empezaron a vender pero que representaban años de trabajo para que los cubanos pudieran adquirir uno.
Muy a pesar de las altas tarifas que cobra la aduana oficialista de Cuba, los exiliados empezaron a enviar y a llevar televisores pantalla plata a sus familiares isleños.
Ahora con el anuncio del apagón analógico muchos sueñan en la Isla con tener un televisor digital de última generación.
“Ustedes saben cuántos años yo llevo soñando con plasma. Soñando con ver el fútbol el 32 pulgadas” dice Pedrito “El paquetero” Youtuber cubano, mientras señala su televisor análogo.
Pero quienes tiene el televisor digital, se han enfrentando con una grave problema, y es que los aparatos inteligentes son subutilizados e inservibles, puesto que todas las aplicaciones que trae necesitan de una conexión a internet.
Y esto es inaccesible para la gran mayoría de los hogares cubanos. Algunos logran el acceso por medio del servicio Nauta Hogar, ofrecida por una empresa oficialista a precios exorbitantes.
Otros se atreven a conectarse a internet por redes clandestinas.
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Redacción Cubanos por el Mundo