Son innumerables las veces en las que el régimen cubano se ha “pavoneado” de su sistema de salud gratuito, un logro, que según ellos, solo puede hacerse en “revolución”. Sin embargo la calidad que dicho sistema, no existe, ya que los cubanos deben ingeniárselas para ser atendidos en hospitales que se encuentra en un estado decadente.
Tal es el caso del Hospital Miguel Enriquez (La Benéfica) en La Habana, donde la falta de mantenimiento, la escasez de insumos y la necesidad de los empleados, han hecho de este centro un total caos a la hora de atender una emergencia.
En Cuba existen tres tipos de sistemas de salud. El usado por la cúpula castrista, el de los extranjeros y el del cubano de a pie. Este último el más olvidado y al que destinan las “sobras” de los dos primeros.
La Benéfica se ha quedado poco a poco sin cristales en las ventanas permitiendo la libre entrada de insectos y animales de todo tipo. El incesante ruido del tráfico de la calle, el sol, el viento, la lluvia, el frío y hasta de personas ajenas al recinto, asechan a los pacientes en los pasillos, que además están oscuros por falta de bombillos.
Esto lo convierte en un escenario para los robos y ataques violentos. Incluso los propios médicos deben caminar acompañados para evitar ser robados.
Muchas han sido las denuncias en torno a La Benéfica. Médicos, pacientes y la prensa independiente, revelan a diario las penurias del hospital, pero el régimen decide hacerse de oídos sordos.
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Ubicado en el municipio 10 de octubre, el pésimo estado del centro pone en peligro la salud de casi toda la zona periférica de la capital.
A diferencia de las clínicas sofisticadas, como la “Cira García” o el CIMEQ, donde se atiende la cúpula de gobierno cubana y sus familiares, o los bien aprovisionados hospitales donde reciben atención los militares, el “Miguel Enríquez” es una verdadera ruina.
Maquillaje
Hace poco el régimen indicó haber “remodelado” La Benéfica, pero está muy lejos de ser verdad.
Todo fue un simple “maquillaje”, donde pintaron algunas áreas para el deleite de los presentes, mientras que el resto sigue esperando.
En lugares como el Cuerpo de Guardia, las salas de Rayos X y el área de nefrología aún se aprecia la ausencia de puertas y ventanas, más las filtraciones que inundan los pasillos.
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Debido a que, para ahorrar presupuesto, el proceso de reparación no incluyó la sustitución de tuberías defectuosas, pronto, según explican algunos trabajadores de mantenimiento, habrá que derribar los nuevos falsos techos para comenzar una labor de remiendo.
Sin farmacias
Como si no fuese suficiente la pésima atención, a la hora de buscar un medicamente también se convierte en un suplicio.
Las dos farmacias que antes funcionaban en el recito fueron clausuradas sin ninguna explicación.
En el área de lavandería actualmente no existen condiciones higiénicas mínimas para la esterilización de ropas y otros materiales, mientras que, en algunos locales clausurados, ocultos a la vista de los visitantes, se acumulan desperdicios.
Redacción Cubanos por el Mundo