Un jugador de rugby en Sydney, Australia, aceptó el reto plantado por sus compañeros de equipo, quienes le pidieron comer una sanguijuela que se arrastraba en la mesa. El joven lo joven lo hizo sin pensar que eso le costaría la vida.
El hecho ocurrió en 2010. Sam Ballard, era una promesa del deporte, y no midió la consecuencia de sus actos, detalla Univisión.
Su madre, Katie Ballard, detalló que tras comer el molusco, este comenzó a sentir un fuerte dolor en las piernas y a vomitar sangre.
Él le preguntó a su madre si creía que la explicación podía estar en el animal, pero ella le dijo que “nadie se muere por eso”.
Pero la mujer estaba equivocada.
Un equipo de médicos descubrió que Ballard tenía una infección cuyo parásito, el Angiostrongylus cantonensis, que se encuentra en las heces de las ratas, estaba haciendo estragos en su organismo.
La gente se enferma cuando consume, por ejemplo, caracoles o babosas —sanguijuelas— o moluscos contagiados con el parásito o sin haberlos cocinado bien, explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Él estaba asustado. Como mamá, lo que quieres es que se sienta seguro. Aunque estaba preocupada, él no había hecho nada malo. Solo fue una tontería.
Ballard quedó en silla de ruedas, cuadrapléjico; por años sufrió convulsiones; debía comer y respirar con ayuda de equipos médicos. La semana pasada, a sus 29 años y luego de lidiar con las secuelas por casi un década, el joven murió.
Los CDC recuerdan otro caso parecido, el de un chico en Nueva Orleans que en 1993 se infectó con el parásito también tras ser retado.
Se enfermó unas semanas después, tenía dolor muscular, de cabeza, rigidez en el cuello, fiebre y vómitos. Sus síntomas pasaron luego de unas dos semanas, sin ningún tratamiento.
Para las autoridades australianas, la de Ballard es una “infección extremadamente rara”.
Sin embargo, llamaron a los ciudadanos a consultar al médico en caso de sentir alguno de los síntomas mencionados anteriormente.
Recomiendan no consumir caracoles o sanguijuelas y lavar las frutas antes de consumirlas para eliminar cualquier criatura que puedan tener en su cáscara.
Redacción Cubanos por el Mundo